La
cuestión es así: resulta que Katia estaba casada con Harvey pero
tenía un entripado con José, Irma amante de José se enteró del
asunto y fue en búsqueda de la primera para romperle el alma,
después de partirle la cara a Katia quiso destruir los lugares donde
ellos habían tenido sus amorosos y secretos encuentros, por
indicaciones de Harvey éste le dijo dónde habían tenido sus
choques y fugas, recorrió todo el caribe y destruyó todas las islas
a su paso, incluyendo Puerto Rico, La Española, Cuba y en especial
la Florida, donde estuvieron y vivieron más tiempo su tórrido
romance; en México Katia ocasionó un verdadero terremoto, porque
Josecito nunca llegó a la cita. En su arrebato y furia por ser
engañada por José, Irma juró vengarse y no dejar piedra sobre
piedra como escarmiento para ambos.
La
iracunda Irma desconocia que José estaba casado con María, así que
ante ésta noticia se sintió doblemente engañada por el granuja de
José. Ahora viene lo bueno: Irma no sabía que llegó a oídos de
María todo el destrozo que había ocasionado en su arrebato de ira,
así que María decidió ir en búsqueda de Irma para darle una paliza
de padre y señor mío, pero eso si inteligentemente dejó pasar unos
días hasta esperar que se calme Irma pues ésta es muy grandota y
había que agarrarla con la guardia baja, de José se encargaría
después.
Pobre
José, en realidad de pobre no tiene nada, y lo que le espera no se
lo deseo a nadie, por graciosito y seductor se le suma la ira de
celos de Lee, marido de Irma, el gringo que enterado de lo sucedido,
dejó todo lo que estaba haciendo en África para darle un
escarmiento, y ha jurado no descansar hasta dejarle el ojo morado.
Lo
que a José le espera de Irma, María y Lee es de temer. Al José,
si, José el mujeriego y seductor huracán que ahora se hace el loco
y se va por otro lado y su tornado incontenible que tiene entre las
piernas, simplemente quedará reducido a un simple silvido de
pajarito.
José
F. Orrego Mir
Miami,
septiembre 17 del 2017