Véanlo bien, allí va
demostrando la torpeza de su linaje al hablar
quiere ser autoridad
pero se esfuerza cada vez más
en demostrar repetidas veces su incapacidad.
Rojo, amarillo, verde, no dejas nada al azar
y ahora corazones dices abrazar,
¿mañana que serás?
No recuerdas, y te olvidas de tu pasado
de estrella, estrellado
de solcito y mapa verde y brillante
pobre camaleón insignificante.
Véanlo bien allí va
un tierno lobito con pellejo de cordero
dice con los santos evangelios en mano
ser el predestinado
jurando ante los asnos apropiados
cumplir con un rol desgastado.
No es Simón Pedro
pero carga un voluminoso llavero
que le sirve de sonajero
para hacer oídos sordos
de todos aquellos que le gritan ratero.
!Ay¡ San José bendito
no le encargues
la leche de los niños
ni que lleve un cirio en el servicio
por tener las manos manchadas de bosta
y alzarse con el santo y la limosna.
uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis
siete, ocho o nueve,
y el muchacho no se mueve
porque quiere más inmuebles.
poco a poco se está apagando
con llanto y lamento más amargo
pues ya nadie cree en su canto
ni en sus falsos encantos.
José F. Orrego Mir
Septiembre, 20, 2022