Los recuerdos de Arica e Iquique
A continuación paso a reproducir un artículo que vale la pena leer, escrito por el Sr Armando Pattroni titulado "los recuerdos de Arica e Iquique" y el desagravio y mea culpa que todos los peruanos le debemos a los tarapaqueños que no quisieron someterse al yugo del invasor durante y después de La Guerra del Pacífico. Y el maltrato e incomprensión hacia ellos por parte del resto de los peruanos.
El presente artículo circula en varios sitios de la Internet y fue recogido del blog redVoltaire.org.net de Herbert Mujica Rojas.
Algunos alcances del libro "El dios cautivo" del escritor iquiqueño Sergio González y un análisis histórico de la posguerra del Pacífico.
por: Armando Pattroni
Luego de siglo y cuarto, un escritor chileno, natural de
Iquique, estudioso apasionado de su tierra y de su historia regional (ejemplo
no sólo para muchos chilenos sino también para otros historiadores
latinoamericanos) nos entrega una obra maravillosa y desafiante, un sacudón de
nostalgia que podría sacudir conciencias dormidas si elnuestro fuera un país con memoria, agradecido y justo. Lamentablemente
no lo es.
"El Dios cautivo – Las Ligas Patrióticas en la
chilenización compulsiva de Tarapacá (1910 – 1922)" se llama el trabajo de
Sergio González Miranda, reconocido catedrático de la Universidad Arturo Prat
de Iquique, viajero conocedor de nuestro país y sobre todo, quien ha rescatado
para la historia del suyo un periodo olvidado y sepultado por la historia
oficial: la post guerra del pacífico y su repercusión en las poblaciones
originarias de Tarapacá que quedaron viviendo en su tierra a pesar de que esta
pasó a ser parte del territorio chileno.
Ya a finales de los 70's recalamos en Tacna, en una época
difícil en la que el Perú estuvo a punto de atacar a Chile al cumplirse el
centenario de la guerra. En el 75 la situación de las fuerzas armadas peruanas
era inmejorable, y la falencia económica del país del sur hacía aprovechable el
momento para recuperar nuestros territorios, contando con el liderazgo de un
popular general nacionalista como Velasco. Cosa extraña, cuando la guerra
estaba por iniciarse (Agosto del 75) un general de apellido tarapaqueño (su familia
es natural de Pica) con profundas raíces en ese departamento, dio un golpe de estado en Tacna (que coincidencia), luego de una reunión por
el aniversario de su reincorporación al Perú. Hoy hace 30 años del golpe de
estado que salvó a Chile de ser derrotado en "cinco minutos" como
temía Gustavo Leigh. ¿Tuvo algo que ver el origen tarapaqueño deMorales
Bermúdez en su afán de evitar el conflicto? Cuántas especulaciones se pueden
hacer, ¿cierto? temor a atacar su tierra natal, a su propia gente, frenando sus
naturales impulsos para recuperar su propio territorio, quién sabe.
Porque la realidad nos dice que aún después de 132 años,
Arica e Iquique tienen entre sus poblaciones un buen porcentaje de
descendientes de peruanos que poblaron esa zona desde hace 400 años. Existen
familias cruzadas, con primos a través de la frontera, la artificial frontera delineada por un ferrocarril y exigida
como último recurso de salvación por el presidente chileno Carlos Ibáñez del
Campo para salvar su frontera viva. La condición de ciudadanía chilena actual
de tales descendientes no los priva de su origen. Entre los que viven en
aquellas ciudades tenemos gente importantísima para el sureño país, como por
ejemplo Lautaro Núñez Atencio, premio nacional de historia de Chile en 2002,
nieto de Higinio Núñez, peruano del valle de Quisma, e hijo de Juan Núñez
Vernal, sobrino nieto de Alfonso Ugarte. En el otro extremo también tenemos a
Juan Pablo Dávila, de origen ariqueño, autor del millonario desfalco de 120
millones de dólares de la cuprífera estatal Codelco en 1994. Entre 1910 y 1922, movimientos ultranacionalistas chilenos
(llamadas "Ligas Patrióticas") organizados en las ciudades
tarapaqueñas hostilizaban a los peruanos residentes, ayudados por cierta
prensa, con el explícito fin de expulsarlos de la zona, al más puro estilo de
las limpiezas étnicas practicadas por los nazis y los eslavos. En muchos casos
lo lograron, con la venia de las autoridades chilenas de la zona que hacían la
vista gorda, encabezadas por su "intendente" (el equivalente chileno
del Prefecto) Recaredo Amengual. Los nuevos residentes de la zona, trabajadores
salitreros en su mayoría, buscaban obtener los mejores puestos de trabajo en
las oficinas salitreras inglesas durante el boom del nitrato, puestos que en su
mayoría estaban ocupados por peruanos, de lo mejor de nuestro país, y que
superaban a los chilenos en educación, capacidad de trabajo y honestidad,
finalmente lo lograron, expulsando por Iquique hacia el Callao a decenas de miles de peruanos.
Parece increíble,pero en mi opinión, lo mejor del Perú del siglo XIX se había concentrado Tarapacá. La gente que fue a hacer industria allá, que se mezcló con la gente
del lugar, que trabajaban cod codo
empresarios y trabajadores, que no se habían contaminado con
el Perú feudal y latifundista, herederos sí de la colonia, pero que ya habían
dado al mejor presidente del Perú (Ramón Castilla) y se preparaban para
entregarnos dos más (Remigio Morales Bermúdez y Guillermo Billinghurst),
estaban listos para ser una clase dirigente nacional, que podía haber llevado
al Perú a la modernidad mucho antes de lo pensado, que tenía contacto con todo
el mundo capitalista a través del comercio, que vivía en una ciudad
ultracosmopolita, y sobre todo, y lo más importante, con un amor a la patria y
un respeto por las tradiciones nacionales que traducido en un nacionalismo bien
llevado, llevó a los tacneños, ariqueños, iquiqueños y tarapaqueños
en general a luchar con uñas y dientes contra la imposición más salvaje que
pueda caer sobre un pueblo: la del cambio de nacionalidad.
Las grandes familias originarias de esa zona más los ricos
empresarios del salitre, los Vernal, Zavala, Loayza, Ossio, Marquezado,
Fuentes, etc., junto con los apellidos del pueblo, los Vildoso, Rejas, Mamani,
Quispe, Carpio, Luza, etc., los hijos de inmigrantes que tomaron al Perú como
su patria, los Neuhaus, Pescetto, MacLean, Lombardi, etc.; todos, todos en
general, lucharon contra el invasor mientras hubo esperanzas de regresar a la
patria, e inclusive cuando ya no la había, manteniendo sus tradiciones,
celebrando el 28 de Julio, brindando con pisco, hablando como peruanos,
evocando a su patria y sintiéndose extranjeros en su propia tierra, increíble.
Sin embargo, entre 1910 y 1922, cuando las Ligas Patrióticas expulsaron a un
gran número de ellos con la ropa que
Cártel propagandístico peruano en pro de la recuperación de Tarapaca y Tacna |
Esa gente fue la que llegó refugiada luego de las
expulsiones, esa gente cuya historia hace que nuestro patriotismo se eleve
hasta las nubes, haciéndonos la pregunta del amante no correspondido: ¿vale la
pena amar tanto para recibir palos? Tanto querer ser peruanos para que nos
traten así en Lima. La mayoría de ellos venía de Iquique, que
Antiguo mapa de 1865 donde se aprecia al departamento de Moquegua que contenía a tacna y Tarapaca |
¿Y qué debemos hacer ahora? ¿Qué lección aplicamos? Yo
pienso que debemos rescatar de la memoria los acontecimientos de esa época,
debemos honrar a nuestros héroes civiles tanto o más que a nuestros héroes
militares. Honrar a gente como Ezequiel Ossio, líder de la lucha tarapaqueña
por la reivindicación de su tierra en 1920, financista y vocero en foros
internacionales del sentimiento nacional tarapaqueño, que denunció a los 4
vientos los abusos cometidos contra los peruanos en Tarapacá. Él llevó a Washington
a una delegación de tarapaqueños para mostrarse ante el árbitro de la contienda
(Estados Unidos) y pedir la anulación del tratado de Ancón y la devolución de los territorios ocupados. Tantos eran los problemas en la
zona que había corrientes dentro del mismo Chile que, hartos de la monomanía
tarapaqueña, empezaron a proponer que los territorios peruanos fueran devueltos
a su dueño y Chile se olvidara del tema y siguiera sin problemas el camino al
progreso. Lógico, para ese tiempo el salitre ya no tenía ningún valor y Tarapacá era más una carga pesada
para Chile que una fuente de riqueza. Nada se pudo hacer y el desierto, ahora
sí desierto, siguió en manos chilenas hasta hoy.
Existen dos sociedades tarapaqueñas en Lima, una a media
cuadra de la Av. Brasil en Breña, muy elegante y bonita, a la que me invitaron
durante la sesión solemne de fiestas patrias de este año. Lamentablemente en
ella no sobreviven ni los descendientes de los tarapaqueños. Revisando la lista de socios, el único
tarapaqueño original que hay es don Alfredo Chamorro Luza, natural de Pica, con
95 años a cuestas, totalmente lúcido y como buen tarapaqueño, con una joven
esposa, natural de Iquitos, de 50 años que parecen menos, viejo feliz, que me
contaba todas las anécdotas de su tierra y la añoranza de la misma. Se asombró
cuando le mostré el libro de González, en donde aparece su nombre como uno de
los fundadores de la Urb. Tarapacá. El resto de socios es de diferentes partes
del país, sólo vi en la lista a un par de Vernal, un Aste y paremos de contar
de apellidos tarapaqueños. La otra sociedad está en el Callao, en la urb.
Tarapacá, esta sí más auténtica, llena de descendientes y con sentimientos
patrióticos impresionantes. Sergio González los conoce, los ha ido a visitar
varias veces, ha extraído sus testimonios, que plasma en el libro y en general
ha socializado con ellos desde su propia perspectiva, en la que deja en un
valor secundario la condición de pertenencia de su provincia a una u otra
"nación-estado", para enfatizar el hecho de, como dice él,
"todos somos simplemente tarapaqueños". En mi opinión estas
sociedades deberían ser consideradas y legalizadas como "clubes
departamentales" o unirse en una sola entidad para tener ese estatus. ¿Por qué no?
Tarapacá es un departamento que fue peruano y algunos tarapaqueños y muchísimos
de sus descendientes viven en Lima, deberían tener estatus de Club
Departamental, participar en la asociación de clubes departamentales, etc.
También debería estrecharse lazos con algunos tarapaqueños descendientes
importantes que no tienen actividad en los clubes. Puedo nombrar algunos de los
que tienen mayor participación en la vida política e intelectual, como Carlos
Neuhaus Rizo-Patrón, ex-alcalde de San Isidro, Juan Ossio, nieto de Ezequiel,
quien es un importantísimo antropólogo de la Universidad Católica, Fernando Zavala Lombardi (santo Dios! qué apellidos!) quien es el
actual joven ministro de Economía, Francisco Morales-Bermúdez, ex presidente
del Perú, etc.
¿Y Tarapacá? Bueno, la historia no tiene vuelta a atrás,
pero podemos hacer algo. Podemos integrarnos, Tarapacá se puede convertir en el
punto de partida de la integración de nuestros pueblos a partir de la misma
zona que nos convirtió en enemigos irreconciliables. Las raíces peruanas de esa
tierra y el hecho de haber levantado las fronteras administrativas entre
nuestros países hace que la vida ariqueña e iquiqueña pueda integrarse cada vez
más a Tacna y el resto del sur peruano. Arica está a mil kilómetros de Santiago
y a 53 km de Tacna, de la que nunca debió separarse, el comercio de Arica e
Iquique con Tacna, mal regulado por parte nuestra y fuente de un inmenso
contrabando durante 50 años, ha hecho que estas dos ciudades dependan del Perú para vivir, como siempre lo fue y lo será. Tenemos
un muelle en Arica administrado por Enapu. Hay en realidad tanto por hacer, se
me ocurren tantas ideas. El pisco por ejemplo: se otorga denominación de origen
"pisco" a los aguardientes producidos hasta los valles de Tacna, ¿por
qué no se otorga la misma denominación a los aguardientes producidos en los
valles de Tarapacá? ¿porque ya no son peruanos? ¿acaso fue culpa de ellos? En Tarapacá se ha producido pisco
desde siempre, cuando era peruana y cuando ya no lo era, inclusive algunas
leyendas dicen que el Pisco Sour fue inventado por un barman inglés en un hotel
de Iquique en 1872, y coincidentemente, al limón peruano utilizado para
preparar nuestro famoso cebiche y el pisco sour se llama "limón de
Pica" en Tarapacá. Otras ideas: podríamos integrar deportivamente nuestros
dos países permitiendo que Deportes Arica participe en el campeonato de fútbol
nacional. No es idea mía: ¡es idea de ellos! Los dirigentes del club hicieron
la propuesta hace unos meses cuando las cabezas del fútbol chileno se
confabularon para hacer que el equipo descienda a tercera división, amenazaron
con desafiliarse de la federación, y económicamente era más rentable jugar en
el Perú que recorrer enormes distancias en Chile. Nuestros miopes dirigentes
peloteros, sin absoluta visión geopolítica, reaccionaron
"desconcertados", en fin.
Para finalizar, quiero recomendar encarecidamente la lectura
y difusión del libro de Sergio González en nuestro país. Su pensamiento
integracionista y pacifista se pone de manifiesto en esta obra en la que rinde
el homenaje a nuestro pueblo tarapaqueño que nosotros mismos le negamos en su
momento, aunque ahora tampoco es demasiado tarde. También quiero saludar en esta fecha a esa heroica
tierra tacneña, la única de las tres provincias que logró su objetivo de regresar
al Perú luego de 49 años de ocupación, aunque con el dolor terrible de la
pérdida de las irredentas provincias que hoy conforman la Primera Región de
Chile.
…………………….
*Cortesía intelectual del brillante escritor liberteño
Blasco Bazán Vera.
Armando Pattroni..
Fotografía del encabezado son de los tarapaqueños que fueron obligados a dejar su tierra y vivir en Lima. la fotgrafia ha sido tomada del blog de Aldo Panfichi llamado Sociología y Ciencia Política.
Videos 1, 2 y 3 Cortesía canal ATV Andina de Televisión de Lima Perú, programa: Día D. Vídeo 4 cortesía de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
Videos 1, 2 y 3 Cortesía canal ATV Andina de Televisión de Lima Perú, programa: Día D. Vídeo 4 cortesía de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
La sangre de Horchata
Miami, 24 de Marzo del 2015