Siempre
es doloroso y triste hablar o hacer una semblanza de una persona
querida cuándo ésta ya no está entre nosotros. Y tendemos a
recordar vivencias y anécdotas vivídas como una forma de mantener
su memoria viva por el cariño y aprecio que le tenemos. En este
momento para mí es díficil escribir y recordar a la vez a alguien
a quien yo le tengo un gran aprecio, así como a toda su familia por
su forma de ser y don de gente, me estoy refiriendo a Carlos Uribe
Ramó.

Carlitos en el Colca, Arequipa. |
Carlos
el hijo mayor de don Carlos Uribe y de doña Itala Ramó en pocas
palabras era un TIPAZO, pocas personas hay como él en el mundo, era
una persona con la cuál podías hablar de cualquier tema quedándote
horas de horas conversando sin aburrirte y mejor si tenias una chela
en la mano y sin darte cuenta del tiempo transcurrido. Siempre he
querido rodearme de personas así porque aprendes de ellos por sus
años y experiencia acumulados y también porque gracias a su
esfuerzo y superación por salir adelante es una lección de vida
para los demás.
Aunque
tuve la suerte de conocerlo ya cuándo era un adolescente por los
años ochenta cuando fui a vivir a Santa Catalina y mudarme justo al
frente de la casa de la familia Uribe, logré hacer una amistad
indestructible con su hermano Marco a quien considero uno de mis
mejores amigos y con Julio (Gato) el menor de los hermanos y a través
de ellos conocer al resto de la familia: Carlos, Carmen, Itala, Coco,
Juana (Mama), Italo, Porfirio (Popi) y por supuesto don Carlos y la Tia
Itala como la llamamos todos los del barrio.
Si
bien Carlos no es de mi generación y nos vería a nosotros como a
los mocosos y chiquillos de la cuadra que estaban todo el día
metidos en la casa Uribe, siempre nos trato bien y nunca hizo gestos
de molestia por estár nosotros metidos todo el día en la casa
(aúnque para ser sincero, hoy entiendo que
fastidioso debe de ser tener en tu casa a un grupo
grande de chiquillos que hacen bulla, juegan a la pelota en el garage
y no dejar dencansar a ninguna hora y encima joden). Es
mas recordando ayer con Marco por el teléfono rememorábamos cuándo
jugaba pelota con nosotros hasta reventarla a la calle o se cansaba y
se iba a su cuarto.
Carlos, Geni, sus hijas Verónica y Alejandra |
Imposible
es, olvidar a un Carlos que demostrando con el ejemplo y con una
visión paternal o de hermano mayor que ya ha pasado por lo que
estamos viviendo nosotros en ese momento aconsejándonos a que
siempre estudiemos y nos esforcemos a luchar por nuestros sueños y
metas para ser alguien en la vida y no pensar en la inmediatez que no
conduce a nada y que siempre vale la pena el esfuerzo para salir
adelante.
Persona
más honesta y recta no he conocido y eso era una virtud en Carlos,
yo estoy seguro que le podías confiar tu dínero o cualquier cosa de
valor y no te iba a hacer una trastada. Es más te podía aconsejar
en que invertirla para que no la dilapides en tonterías, (Mas de
uno puede dar fe de su integridad y honradez).
Como
dije líneas arriba lo conocí de adolescente y no de niño y se que
hay más de uno de mis amigos de Santa Catalina que crecieron
viéndolo a él como ejemplo a seguir que podrán contar innumerables
anécdotas.
Carlos y Geni su esposa en una fiesta |
Solo
puedo decir dos conversaciones que tuve con Carlos acá en Florida
cuando estuvo hace unos años. Una era que se sentía orgulloso de
sus padres por el amor y crianza que supieron infundirles a todos sus
hijos y al que les estaba etern
amente agradecidos; a lo que yo le agregué: que ese amor no solo se quedaba entre las cuatro paredes del hogar de los Uribe sino que ese cariño que les demotraban los amigos a sus padres y a su familia en general era el producto de la generosidad de la Tía Itala y de don Carlos de acoger a todos con cariño como si fueramos también miembros de sangre, de su familia; algo que Carlitos me agradeció de corazón.
amente agradecidos; a lo que yo le agregué: que ese amor no solo se quedaba entre las cuatro paredes del hogar de los Uribe sino que ese cariño que les demotraban los amigos a sus padres y a su familia en general era el producto de la generosidad de la Tía Itala y de don Carlos de acoger a todos con cariño como si fueramos también miembros de sangre, de su familia; algo que Carlitos me agradeció de corazón.
La
segunda cosa que me dijo en otra oportunidad era que se sentía
orgulloso de ver que sus hermanos menores habían logrado ser
profesionales y personas de provecho a lo que yo le dije que él
había sido el mejor ejemplo que pudo darles y que estaba seguro que
no serían capaces de verle a la cara si ellos le hubieran fallado.


POCO
Solo
podré decir una última anécdota con Carlos: Un día sentados
alrededor de una mesa en el jardín de la casa de Marco en Florida y
con unas cuantas chelas para mitigar el calor sofocante, hablamos
muchas horas de música con Marco, Carlos, Machi y otras personas más
que no me vienen a la mente y coincidimos que nos gustaba la misma
música y le llamó más la atención que me gustara a mí música
de grupos como: Loggins and Messina, Steppenwolf, Johnny Winter y
CCRevivel y en especial de ser fanático de POCO y Buffalo
Springfield. Música con la cúal creció y estudió mientras fue
estudiante en la Universidad de Wisconsin en los setentas.

Buffalo Springfield
Creo que
él dudó un poco de mí en cuanto a que me gustara ésta música
porque me decía a cada rato que: ¿cómo me podía gustar esa música
si no era de mi generación?; en especial de POCO que era desconocida
en Perú, a lo que yo le respondí que a mí me gustaba esa música
porque tenía hermanos mayores contemporáneos con él que
escuchaban esa música y por eso me gustaba y además, que a mi me
gustaba POCO, porque una vez se lo escuche mencionar a Carlos en
Santa Catalina y el nombre me quedó grabado hasta que encontre
música de ellos, me gustó y pude adquirir sus discos. Me acuerdo
que al día siguiente le llevé de regalo dos cd copiados de dos
discos míos de POCO y Carlitos, se emocionó tanto que me dijo: ¨
hace mas de 25 años que no escucho ésta música,...muchas gracias
Cuchi Cuchi, ni bien me suba al carro voy a escucharlo¨. Recuerdo
que ese día sus ojos verdes se abrieron tanto de la emoción por
los cd que le regalé que parecía un niño con juguete nuevo.
Loggins & Messina
Carlitos de paseo a Caballo |
Finalmente,
por eso aunque al principio fue duro para mí empezar a escribir ésta
pequeña semblanza de Carlitos Uribe, el recordar los pocos momentos
pero gratos que pase con él han hecho más facíl y llevadero sentir
su falta y presencia y estoy seguro que si cada uno de nosotros que
los que lo estimamos y estamos muy dolidos por su partida
recordáramos los momentos gratos y anecdóticos vivídos con Carlos
sentiremos que su ausencia entre nosotros será menor. Carlos ahora
está arriba y si bien perdimos en la tierra al amigo, hermano,
esposo, hijo, padre o colega, Ganamos un ángel en el cielo que junto
a la doña Itala, el gordo Eliazar y ahora Carlos cuidará de su
familia y amigos.
Descansa
en Paz Carlitos
con
cariño
Jose
F. Orrego Mir (Cuchi-Cuchi)
Miami,
24 de febrero del 2017.
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