miércoles, 25 de febrero de 2015

Al maestro con cariño: recordando a Domingo Piga


     

 
   Al maestro con cariño: recordando a Domingo Piga

Hace unos días pude ingresar a una página de Facebook llamada  “Recordando a Domingo Piga”  y me pude dar con la ingrata sorpresa que uno de mis más queridos y respetados maestros de la Universidad (U. de Lima) nos había dejado ya hacía más de cuatro años, me embargó una profunda tristeza saber que nuestro querido Domingo Piga ya no estaba entre nosotros. Aunque cuatro años después, nunca  es tarde extender mi más sentido pésame a sus familiares cuando se trata de recordar a un ser y un amigo tan querido por mí y por muchos de los que fuimos sus pupilos.

Me he quedado sorprendido de la magnitud de su obra  y de la fecunda  labor hecha por él  en favor del teatro, tanto en su querida y nunca olvidada Chile así como en Perú, país que optó por vivir  luego del golpe militar de 1973. Porque con el perdón de nuestros amigos chilenos,  Domingo no solo fue ciudadano chileno sino que lo raptamos y lo hicimos ciudadano peruano también.

Publicación de Domingo Piga
Hablar y escribir acerca de Domingo, creo yo, nos llevaría miles de páginas y muchas horas de investigación y estudio sobre el personaje, la obra y el legado dejado por él. Sin ser reiterativo sobre lo que otros que lo conocieron más y mejor que este servidor escribieran sobre nuestro maestro, solo señalaré escarbando un poco es su biografía, que al ser uno de los pilares en la creación y desarrollo del teatro nacional de Chile allá por 1941, y su importancia  en las tablas  latinoamericanas; de por si habla de la visión que tuvo Domingo y los jóvenes de aquél entonces por engrandecer el teatro chileno y hacerlo de gran calidad. En otras palabras desarrollar un teatro serio y del bueno, poniendo en escena  obras  de los grandes dramaturgos como Brecht, Valle Inclán, Cervantes y obras de reconocidos y noveles dramaturgos chilenos, refleja en él su gran amor y pasión por las tablas y las letras.

Ese amor del cual escribo líneas arriba por las artes escénicas, esta no solo reconocida por las obras de teatro que impulsó y apoyó, sino por su pasión  por volcar  todo su conocimiento en las nuevas generaciones, dictando cátedra de teatro, cine, dirección de actores, guion etc. y en su interés en la investigación constante a través de publicaciones y libros de su autoría.

Lo que ahora voy a contarles es mi experiencia como alumno de Domingo Piga, en el curso de Comunicación teatral y de Dirección de actores que el dictaba a finales de los ochentas, anécdotas y lo que representó para mí  el haberlo tenido como maestro y como amigo (porque eso sí, Domingo se ganaba el corazón de todos y todos lo sentíamos su amigo).

La primera impresión que tuve al verlo la primera vez subir por las escalinatas de la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Lima, fue la de un abuelito bonachón al cual  sería fácil hacerle el avión en el curso. (Nada más alejado de la realidad) a Domingo no se le escapaba una y cuando tú estabas de ida él ya estaba de regreso, por algo “más sabe el diablo por viejo que por diablo”.

Sus clases no eran exclusivamente centradas en el currículo del curso, sino que lo hacía agradable y entretenido cuando las mezclaba con anécdotas o sucesos de su vida personal, creo yo que allí estaba el éxito de sus clases, de su metodología y del cariño y simpatía que se ganaba por todos nosotros sin ningún esfuerzo. Recuerdo una de esas anécdota como si fuera hoy mismo  y está centrada en su experiencia y participación en la película italiana “Ladrón de Bicicletas” de Vittorio de Sica que a continuación paso a relatar textualmente con sus  palabras y cito:.- de Sica no sabía cómo hacer para que llorara el niño actor (Enzo Staiola) en la película y a este no  se le ocurrió mejor idea que esconder en la chaqueta del niño sus cigarrillos para después  descubrirlo y deliberadamente acusarlo de robo, todo esto ya estaba conversado  con el camarógrafo,  apenas llorara el niño y a la señal de de Sica este empezaba a filmarlo para tenerlo registrado.- este tipo de anécdotas son inolvidables y quedan grabadas en la memoria de uno para siempre,

Domingo en la escuela de San Antonio de los Baños en Cuba
año de 1987. Foto cortesía de Liliana Ipince.
 Esa es una muestra pequeña de todo ese bagaje de experiencias y anécdotas de las miles que tendría Domingo para compartir. En lo personal yo estaba interesado en sus vivencias referentes a la movida del neorrealismo italiano del cual era conocedor y observador directo,  o en su participación  en la película Túpac Amaru  de Federico García Hurtado,  en el rol  del Marqués de Montemira.

No lo sé, pero siempre relacioné a Domingo con Alfredo, el personaje entrañable de la película Cinema Paradiso interpretado por el actor francés Philippe Noiret; estoy seguro que no soy el primero en hacer esa analogía, será porque Alfredo siempre fue un padre, consejero, maestro y amigo para Totó, y Domingo fue eso para nosotros, fue nuestro Alfredo y él nos trató como sus Totós.

Finalmente recordaré un suceso que tuvo que ver conmigo y estoy seguro con un buen número de alumnos  de la facultad, es el referente al tan aborrecido cigarrillo para Domingo. Aún no lo conocía, ni era mi maestro. Me encontraba en la famosa rampa que da a la entrada de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, era una mañana fría de junio de no sé qué año y me encontraba disfrutando de un cigarrillo para calentarme de ese invernal frío limeño; estaba de espaldas a la entrada viendo el jardín aledaño, haciendo tiempo y esperando la siguiente clase; cuando comienzo a ver a varios de mis compañeros que me miran tratando de decirme algo con señas, indicándome un punto  detrás mío alertándome sobre algo o alguien, en eso siento que me tocan el hombro y escucho una voz que dice mientras me volteo: .- Jovencito no tengo el gusto de conocerlo pero te suplicaría que te saques esa porquería de la boca, no sabes el daño que te estás haciendo.- Mientras me hablaba yo me preguntba:.- ¿que m… le importa a ese viejito que este fumando.- estaba a punto de responderle muy educadamente cuando prosiguió:.-Disculpa hijo que me meta en tu vida, tengo mucho más años que tú y hasta puedo ser  tu abuelo; pero yo he sido fumador y por esa cosa que tienes entre tus dedos  yo perdí un pulmón y no quisiera a nadie desearle lo mismo.- en ese momento me sentí como una zapatilla por lo que había pensado unos instantes antes. Le agradecí por sus consejos arrojando el cigarrillo al piso. Aunque tengo que reconocer que una vez que se retiró Domingo y lo tenía lejos de mi vista recogí de nuevo el pucho para seguir fumándolo.


Domigo descansando en su casa
Foto cortesía: Cecilia Ferrer Mariátegui
Me hubiera gustado conocerlo más, compartir sus tertulias y charlas de sobremesa con una buen café o unos vinos chilenos con sus quesos como acompañamiento, como ahora sé que solía hacer con sus amigos, hablar de cine tema que me apasiona. Pero de lo que compartí con él y aprendí supe que era un caballero a carta cabal, respetando las ideas políticas de los demás  y no tratando de imponer las suyas; nunca mencionó, ni insinuó  en clases sus tendencias políticas, ni trató de forzarnos a pensar como él, pero si daba pie a la discusión y cambio de ideas alturadamente.

Una espina tengo clavada en mi pensamiento y que nunca me podré quitar, es la que después que dejé las aulas universitarias,  perdí contacto con Domingo, quise ir a buscarlo, saber de él, visitarlo, saludar al maestro, amigo y consejero y no lo hice; obligaciones personales, laborales y después mi viaje al extranjero donde radico me alejó de esa posibilidad. 

Mientras escribo estas palabras escucho la canción “To Sir With Love” de la cantante inglesa Lulú, tema principal de la película de 1967 con el mismo nombre; protagonizada por Sidney Poitier y sé que cada estrofa de esta canción es idónea para Domingo.

Este es mi más sincero y humilde homenaje para Domingo, allá donde quiera que se encuentra.

¡Gracias Domingo por ser de una forma parte de nuestras vidas y de la mía!

José Fernando Orrego Mir “Cuchi”
Miami, febrero 25 del 2015

Fotografias tomadas de la página de Facebook "Recordando a Domigo Piga" y Liliana Ipince
Foto del encabezado: Fátima López.
Video: propiedad de Mónica Livoni Larco y Gianfranco Mulas.


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