Al
maestro con cariño: recordando a Domingo Piga
Hace unos días pude ingresar a una página de Facebook
llamada “Recordando a Domingo Piga” y me pude dar con la ingrata sorpresa que uno
de mis más queridos y respetados maestros de la Universidad (U. de Lima) nos
había dejado ya hacía más de cuatro años, me embargó una profunda tristeza
saber que nuestro querido Domingo Piga ya no estaba entre nosotros. Aunque
cuatro años después, nunca es tarde extender
mi más sentido pésame a sus familiares cuando se trata de recordar a un ser y
un amigo tan querido por mí y por muchos de los que fuimos sus pupilos.
Me he quedado sorprendido de la magnitud de su obra y de la fecunda labor hecha por él en favor del teatro, tanto en su querida y
nunca olvidada Chile así como en Perú, país que optó por vivir luego del golpe militar de 1973. Porque con
el perdón de nuestros amigos chilenos, Domingo
no solo fue ciudadano chileno sino que lo raptamos y lo hicimos ciudadano
peruano también.
Publicación de Domingo Piga |
Hablar y escribir acerca de Domingo, creo yo, nos llevaría
miles de páginas y muchas horas de investigación y estudio sobre el personaje,
la obra y el legado dejado por él. Sin ser reiterativo sobre lo que otros que
lo conocieron más y mejor que este servidor escribieran sobre nuestro maestro,
solo señalaré escarbando un poco es su biografía,
que al ser uno de los pilares en la creación y desarrollo del teatro nacional de
Chile allá por 1941, y su importancia en
las tablas latinoamericanas; de por si
habla de la visión que tuvo Domingo y los jóvenes de aquél entonces por
engrandecer el teatro chileno y hacerlo de gran calidad. En otras palabras
desarrollar un teatro serio y del bueno, poniendo en escena obras
de los grandes dramaturgos como Brecht, Valle Inclán, Cervantes y obras
de reconocidos y noveles dramaturgos chilenos, refleja en él su gran amor y
pasión por las tablas y las letras.
Ese amor del cual escribo líneas arriba por las artes
escénicas, esta no solo reconocida por las obras de teatro que impulsó y apoyó,
sino por su pasión por volcar todo su conocimiento en las nuevas
generaciones, dictando cátedra de teatro, cine, dirección de actores, guion etc.
y en su interés en la investigación constante a través de publicaciones y
libros de su autoría.
Lo que ahora voy a contarles es mi experiencia como alumno de
Domingo Piga, en el curso de Comunicación teatral y de Dirección de actores que
el dictaba a finales de los ochentas, anécdotas y lo que representó para mí el haberlo tenido como maestro y como amigo
(porque eso sí, Domingo se ganaba el corazón de todos y todos lo sentíamos su
amigo).
La primera impresión que tuve al verlo la primera vez subir por las
escalinatas de la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de
Lima, fue la de un abuelito bonachón al cual
sería fácil hacerle el avión en el curso. (Nada más alejado de la
realidad) a Domingo no se le escapaba una y cuando tú estabas de ida él ya
estaba de regreso, por algo “más sabe el diablo por viejo que por diablo”.
Sus clases no eran exclusivamente centradas en el currículo
del curso, sino que lo hacía agradable y entretenido cuando las mezclaba con anécdotas
o sucesos de su vida personal, creo yo que allí estaba el éxito de sus clases,
de su metodología y del cariño y simpatía que se ganaba por todos nosotros sin ningún
esfuerzo. Recuerdo una de esas anécdota como si fuera hoy mismo y está centrada en su experiencia y participación
en la película italiana “Ladrón de Bicicletas” de Vittorio de Sica que a continuación
paso a relatar textualmente con sus palabras y cito:.- de Sica no sabía cómo hacer para que llorara el niño actor
(Enzo Staiola) en la película y a este no se le ocurrió mejor idea que esconder en la
chaqueta del niño sus cigarrillos para después descubrirlo y deliberadamente acusarlo de
robo, todo esto ya estaba conversado con
el camarógrafo, apenas llorara el niño y
a la señal de de Sica este empezaba a filmarlo para tenerlo registrado.- este tipo de anécdotas son
inolvidables y quedan grabadas en la memoria de uno para siempre,
Domingo en la escuela de San Antonio de los Baños en Cuba año de 1987. Foto cortesía de Liliana Ipince. |
Esa es una muestra
pequeña de todo ese bagaje de experiencias y anécdotas de las miles que tendría
Domingo para compartir. En lo personal yo estaba interesado en sus vivencias referentes
a la movida del neorrealismo italiano del cual era conocedor y observador
directo, o en su participación en la película Túpac Amaru de Federico García Hurtado, en el rol
del Marqués de Montemira.
No lo sé, pero siempre relacioné a Domingo con Alfredo, el
personaje entrañable de la película Cinema Paradiso interpretado por el actor francés Philippe
Noiret; estoy seguro que no soy el primero en hacer esa analogía, será porque
Alfredo siempre fue un padre, consejero, maestro y amigo para Totó, y Domingo
fue eso para nosotros, fue nuestro Alfredo y él nos trató como sus Totós.
Finalmente recordaré un suceso que tuvo que ver conmigo y
estoy seguro con un buen número de alumnos
de la facultad, es el referente al tan aborrecido cigarrillo para
Domingo. Aún no lo conocía, ni era mi maestro. Me encontraba en la famosa rampa
que da a la entrada de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, era una mañana
fría de junio de no sé qué año y me encontraba disfrutando de un cigarrillo
para calentarme de ese invernal frío limeño; estaba de espaldas a la entrada
viendo el jardín aledaño, haciendo tiempo y esperando la siguiente clase;
cuando comienzo a ver a varios de mis compañeros que me miran tratando de
decirme algo con señas, indicándome un punto
detrás mío alertándome sobre algo o alguien, en eso siento que me tocan
el hombro y escucho una voz que dice mientras me volteo: .- Jovencito no tengo el gusto de conocerlo pero te suplicaría que te
saques esa porquería de la boca, no sabes el daño que te estás haciendo.- Mientras
me hablaba yo me preguntba:.- ¿que m… le
importa a ese viejito que este fumando.- estaba a punto de responderle muy
educadamente cuando prosiguió:.-Disculpa
hijo que me meta en tu vida, tengo mucho más años que tú y hasta puedo ser tu abuelo; pero yo he sido fumador y por esa
cosa que tienes entre tus dedos yo perdí
un pulmón y no quisiera a nadie desearle lo mismo.- en ese momento me sentí como una zapatilla por lo que había
pensado unos instantes antes. Le agradecí por sus consejos arrojando el
cigarrillo al piso. Aunque tengo que reconocer que una vez que se retiró
Domingo y lo tenía lejos de mi vista recogí de nuevo el pucho para seguir fumándolo.
Domigo descansando en su casa Foto cortesía: Cecilia Ferrer Mariátegui |
Una espina tengo clavada en mi pensamiento y que nunca me
podré quitar, es la que después que dejé las aulas universitarias, perdí contacto con Domingo, quise ir a buscarlo,
saber de él, visitarlo, saludar al maestro, amigo y consejero y no lo hice; obligaciones
personales, laborales y después mi viaje al extranjero donde radico me alejó de
esa posibilidad.
Mientras escribo estas palabras escucho la canción “To Sir With Love” de la cantante inglesa Lulú, tema principal de la película de 1967 con el mismo nombre; protagonizada por Sidney Poitier y sé que cada estrofa de esta canción es idónea para Domingo.
Mientras escribo estas palabras escucho la canción “To Sir With Love” de la cantante inglesa Lulú, tema principal de la película de 1967 con el mismo nombre; protagonizada por Sidney Poitier y sé que cada estrofa de esta canción es idónea para Domingo.
Este es mi más sincero y humilde homenaje para Domingo, allá
donde quiera que se encuentra.
¡Gracias Domingo por ser de una forma parte de nuestras
vidas y de la mía!
José Fernando Orrego Mir “Cuchi”
Miami, febrero 25 del 2015
Fotografias tomadas de la página de Facebook "Recordando a Domigo Piga" y Liliana Ipince
Foto del encabezado: Fátima López.
Video: propiedad de Mónica Livoni Larco y Gianfranco Mulas.
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