Hace unos días pude ingresar a una página de Facebook
llamada “Recordando a Domingo Piga” y me pude dar con la ingrata sorpresa que uno
de mis más queridos y respetados maestros de la Universidad (U. de Lima) nos
había dejado ya hacía más de cuatro años, me embargó una profunda tristeza
saber que nuestro querido Domingo Piga ya no estaba entre nosotros. Aunque
cuatro años después, nunca es tarde extender
mi más sentido pésame a sus familiares cuando se trata de recordar a un ser y
un amigo tan querido por mí y por muchos de los que fuimos sus pupilos.
Me he quedado sorprendido de la magnitud de su obra y de la fecunda labor hecha por él en favor del teatro, tanto en su querida y
nunca olvidada Chile así como en Perú, país que optó por vivir luego del golpe militar de 1973. Porque con
el perdón de nuestros amigos chilenos, Domingo
no solo fue ciudadano chileno sino que lo raptamos y lo hicimos ciudadano
peruano también.
Publicación de Domingo Piga
Hablar y escribir acerca de Domingo, creo yo, nos llevaría
miles de páginas y muchas horas de investigación y estudio sobre el personaje,
la obra y el legado dejado por él. Sin ser reiterativo sobre lo que otros que
lo conocieron más y mejor que este servidor escribieran sobre nuestro maestro,
solo señalaré escarbando un poco es su biografía,
que al ser uno de los pilares en la creación y desarrollo del teatro nacional de
Chile allá por 1941, y su importancia en
las tablas latinoamericanas; de por si
habla de la visión que tuvo Domingo y los jóvenes de aquél entonces por
engrandecer el teatro chileno y hacerlo de gran calidad. En otras palabras
desarrollar un teatro serio y del bueno, poniendo en escena obras
de los grandes dramaturgos como Brecht, Valle Inclán, Cervantes y obras
de reconocidos y noveles dramaturgos chilenos, refleja en él su gran amor y
pasión por las tablas y las letras.
Ese amor del cual escribo líneas arriba por las artes
escénicas, esta no solo reconocida por las obras de teatro que impulsó y apoyó,
sino por su pasión por volcar todo su conocimiento en las nuevas
generaciones, dictando cátedra de teatro, cine, dirección de actores, guion etc.
y en su interés en la investigación constante a través de publicaciones y
libros de su autoría.
Lo que ahora voy a contarles es mi experiencia como alumno de
Domingo Piga, en el curso de Comunicación teatral y de Dirección de actores que
el dictaba a finales de los ochentas, anécdotas y lo que representó para mí el haberlo tenido como maestro y como amigo
(porque eso sí, Domingo se ganaba el corazón de todos y todos lo sentíamos su
amigo).
La primera impresión que tuve al verlo la primera vez subir por las
escalinatas de la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de
Lima, fue la de un abuelito bonachón al cual
sería fácil hacerle el avión en el curso. (Nada más alejado de la
realidad) a Domingo no se le escapaba una y cuando tú estabas de ida él ya
estaba de regreso, por algo “más sabe el diablo por viejo que por diablo”.
Sus clases no eran exclusivamente centradas en el currículo
del curso, sino que lo hacía agradable y entretenido cuando las mezclaba con anécdotas
o sucesos de su vida personal, creo yo que allí estaba el éxito de sus clases,
de su metodología y del cariño y simpatía que se ganaba por todos nosotros sin ningún
esfuerzo. Recuerdo una de esas anécdota como si fuera hoy mismo y está centrada en su experiencia y participación
en la película italiana “Ladrón de Bicicletas” de Vittorio de Sica que a continuación
paso a relatar textualmente con sus palabras y cito:.- de Sica no sabía cómo hacer para que llorara el niño actor
(Enzo Staiola) en la película y a este no se le ocurrió mejor idea que esconder en la
chaqueta del niño sus cigarrillos para después descubrirlo y deliberadamente acusarlo de
robo, todo esto ya estaba conversado con
el camarógrafo, apenas llorara el niño y
a la señal de de Sica este empezaba a filmarlo para tenerlo registrado.- este tipo de anécdotas son
inolvidables y quedan grabadas en la memoria de uno para siempre,
Domingo en la escuela de San Antonio de los Baños en Cuba
año de 1987. Foto cortesía de Liliana Ipince.
Esa es una muestra
pequeña de todo ese bagaje de experiencias y anécdotas de las miles que tendría
Domingo para compartir. En lo personal yo estaba interesado en sus vivencias referentes
a la movida del neorrealismo italiano del cual era conocedor y observador
directo, o en su participación en la película Túpac Amaru de Federico García Hurtado, en el rol
del Marqués de Montemira.
No lo sé, pero siempre relacioné a Domingo con Alfredo, el
personaje entrañable de la película Cinema Paradiso interpretado por el actor francés Philippe
Noiret; estoy seguro que no soy el primero en hacer esa analogía, será porque
Alfredo siempre fue un padre, consejero, maestro y amigo para Totó, y Domingo
fue eso para nosotros, fue nuestro Alfredo y él nos trató como sus Totós.
Finalmente recordaré un suceso que tuvo que ver conmigo y
estoy seguro con un buen número de alumnos
de la facultad, es el referente al tan aborrecido cigarrillo para
Domingo. Aún no lo conocía, ni era mi maestro. Me encontraba en la famosa rampa
que da a la entrada de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, era una mañana
fría de junio de no sé qué año y me encontraba disfrutando de un cigarrillo
para calentarme de ese invernal frío limeño; estaba de espaldas a la entrada
viendo el jardín aledaño, haciendo tiempo y esperando la siguiente clase;
cuando comienzo a ver a varios de mis compañeros que me miran tratando de
decirme algo con señas, indicándome un punto
detrás mío alertándome sobre algo o alguien, en eso siento que me tocan
el hombro y escucho una voz que dice mientras me volteo: .- Jovencito no tengo el gusto de conocerlo pero te suplicaría que te
saques esa porquería de la boca, no sabes el daño que te estás haciendo.- Mientras
me hablaba yo me preguntba:.- ¿que m… le
importa a ese viejito que este fumando.- estaba a punto de responderle muy
educadamente cuando prosiguió:.-Disculpa
hijo que me meta en tu vida, tengo mucho más años que tú y hasta puedo ser tu abuelo; pero yo he sido fumador y por esa
cosa que tienes entre tus dedos yo perdí
un pulmón y no quisiera a nadie desearle lo mismo.- en ese momentome sentí como una zapatilla por lo que había
pensado unos instantes antes. Le agradecí por sus consejos arrojando el
cigarrillo al piso. Aunque tengo que reconocer que una vez que se retiró
Domingo y lo tenía lejos de mi vista recogí de nuevo el pucho para seguir fumándolo.
Domigo descansando en su casa
Foto cortesía: Cecilia Ferrer Mariátegui
Me hubiera gustado conocerlo más, compartir sus tertulias y
charlas de sobremesa con una buen café o unos vinos chilenos con sus quesos
como acompañamiento, como ahora sé que solía hacer con sus amigos, hablar de cine tema que me apasiona. Pero de lo
que compartí con él y aprendí supe que era un caballero a carta cabal, respetando
las ideas políticas de los demás y no
tratando de imponer las suyas; nunca mencionó, ni insinuó en clases sus tendencias políticas, ni trató
de forzarnos a pensar como él, pero si daba pie a la discusión y cambio de ideas
alturadamente.
Una espina tengo clavada en mi pensamiento y que nunca me
podré quitar, es la que después que dejé las aulas universitarias, perdí contacto con Domingo, quise ir a buscarlo,
saber de él, visitarlo, saludar al maestro, amigo y consejero y no lo hice; obligaciones
personales, laborales y después mi viaje al extranjero donde radico me alejó de
esa posibilidad.
Mientras escribo estas palabras escucho la canción “To Sir With Love” de la cantante
inglesa Lulú, tema principal de la película de 1967 con el mismo nombre;
protagonizada por Sidney Poitier y sé que cada estrofa de esta canción es idónea
para Domingo.
Este es mi más sincero y humilde homenaje para Domingo, allá
donde quiera que se encuentra.
¡Gracias Domingo por ser de una forma parte de nuestras
vidas y de la mía!
José Fernando Orrego Mir “Cuchi”
Miami, febrero 25 del 2015
Fotografias tomadas de la página de Facebook "Recordando a Domigo Piga" y Liliana Ipince
Foto del encabezado: Fátima López.
Video: propiedad de Mónica Livoni Larco y Gianfranco Mulas.
El fútbol con tapas y el vacilón de unos muchachos que ya fueron.
En mi último viaje a Lima
(diciembre de 2014 - enero 2015), tuve la oportunidad de reunirme con mis
amigos de toda la vida, los de mi barrio y de la infancia, los de la collera de
la avenida Los Conquistadores en San Isidro en Lima, Perú; aunque no estuvieron
todos los que debían estar por diferentes compromisos, nos pudimos reunir un
grupo reducido en la casa de Gino Salinas y el tema central de nuestra conversación giró en torno al juego de: fútbol
con tapas, actividad que nos absorbía horas de horas en torno a una bola que no era la numero 5 de
cuero, sino más bien una perlita de pocos milímetros de diámetro que era
movida a través de tapas de envases diversos en un espacio reducido a escala de
lo que podría ser un campo de fútbol profesional.
Con Gino (izquierda), Jorge (sentado) y yo (derecha) comenzando la reunión de enero del 2015
Estaban en dicha reunión: Jorge Maehira, César Peredo, Martín Tanaka y
este pechito Gitano que escribe; compartiendo unas aguas con su respectiva
parrilla. El tema central de la
conversación giró en torno a nuestro juego preferido de la infancia: no…no era
las escondidas, ni treparnos a los árboles, ni jugar mundo, canga, carritos
(aunque este juego da para otra historia), trompo o cualquier juego infantil ya
conocido. Era el popular Fútbol con Tapas.
El autor de la nota (osea Yo) a la izquierda, en el centro Lucho Peredo y a la derecha Rafo Salinas al rededor del año 1984 en casa de Rafo y Gino Salinas.
Miguel Treguear haciendo uso de su destreza con las tapas y con los vasos, como te castigas desgraciado. Campeonato de fútbol tapas masters diciembre del 2013
Hablar de un partido de tapas y jugarlo con el rival de turno era una
experiencia casi sexual, aunque para esa
época y edad aún no pensábamos en esas
cosas, transmitir esa pasión que uno llevaba en nuestras venas de mocoso
pre-púber y pre-pajero es para mí, hoy en día,
difícil de explicarlo. Todas nuestras emociones, energías e ímpetu los
canalizábamos a través de esta actividad, que tal vez si el lector que está
leyendo esta nota por primera vez no perteneció al grupo de amigos del cual les hablo y no disfrutó de este juego sería difícil de
entenderlo.
Las reglas eran simples: llevar lo más fidedignamente posible las
reglas del fútbol tal como lo conocemos a un grupo de tapas de envases de
diferentes dimensiones a enfrentarse en dos grupos de once contra once, desarrollando una estrategia de juego para vencer al rival haciéndole goles con
la perlita como balón en el arco rival. El
arco confeccionado con cajas de cartón de cojines del desaparecido champú
Glemo (que también las usábamos para guardar las tapas hasta el siguiente
encuentro), cortada a la medida o en su defecto siendo más sofisticados (porque
teníamos que evolucionar), las agarraderas de los muebles de televisor antiguo que
Enrico del Solar introdujo y que este servidor también tenía en su casa.
En
cuanto a la cancha usábamos cualquier superficie plana de cemento, loseta o
parquet, sumamente pulida y lustrada (porque eso sí, nuestro dormitorio podía
caerse de sucio y desordenado pero los 2 x 1 metros aproximados que
usábamos de cancha de fútbol tenía que
estar inmaculado y libre de polvo. Una Cancha a la altura del Camp Nou, Vicente
Calderón o Santiago Bernabéu.
Arriba: Vídeo del fútbol con tapas
En la foto: de pie de izquierda a derecha: Gino Salinas, Jorge Maehira, no identificado. Sentados: no se quién es la chica, ni el de polo celeste el Chino Loo, César Peredo, Martín Tanaka y Miguel Treguear en casa de los Peredo. año desconocido
El anfitrión Gino Salinas
Ricardo Salinas, Martín Tanaka Gino Salinas y Jorge Maehira
Martín Tanaka y Gino Salinas
José Orrego y César Peredo
Detalle de un tiro libre con barrera.
Juego entre Gino y Miguel.
En este juego había, tiros
libres, con o sin barrera, penales, tarjetas amarillas si golpeabas la tapa del
jugador contrario sin haber tocado la bolita, o expulsados, si con el empuje de tu tapa golpeabas tan
fuertemente la tapa contraria que la volteabas completamente, posición
adelantada etc. etc. (ver los videos), en otras palabras todas las reglas estaban es nuestro querido juego, lo único
que no había en el juego era Referees,
jueces de líneas y dirigentes, pues la FIFA éramos nosotros y allí no había
mafia de por medio.
En un break de Campeonato Master de Tapas 2003
Conocíamos las reglas y las respetábamos y si no, se
llevaba a un acuerdo satisfactorio para ambas partes. Estaba la piconería en un
primer momento, los insultos en un segundo
término, las patadas que hacían volar
por el aire las tapas del contrario en tercer lugar y finalmente los puñetazos
y patadas al contendor. Porque eso sí, hasta en las broncas se parecían los
partidos de tapas a los partidos de fútbol de verdad.
Los que pagaban pato de todo esto
eran los supermercados, uno que otro loco de la calle, el Rata y el Chino,
hermanos canillitas que tenían un puesto de revistas en el cruce de Lizardo Alzamora y
Conquistadores. A los supermercados íbamos a chorearnos las tapas de los
aerosoles que nos servían de arqueros, back centro o marcadores de punta según sea el tamaño, la tapas de las codiciadas Petrolube, Castrol, Terokal o betún
Griffin eran el medio campo y la delantera, como dice Gino rememorando: - éramos bien cojudos, íbamos a las
tiendas Monterrey a robarnos esas huevadas cuando habían cosas de más valor,… ¿Qué
pensarían los trabajadores de Monterrey al ver los aerosoles sin sus tapas?-.
Pero el choreo de las tapas acabó cuando a Miguel “el Mono” Treguear se le ocurrió
chorearse las bolsas de los globos de carnavales. Allí acabó la ilusión.
Arquero Back Centro Marcador de Punta (tapa de Baygon grande) (tapa de insecticida larga) (Tapa de espuma de afeitar)
De latas como estas de lubricantes hoy casi desaparecidas sacábamos la delantera y medio campo
y con la chapita de gaseosa doblada de una forma especial que se acomodaba al dedo gordo de la mano hacíamos los chancadores que eran los que daban la velocidad a las tapas para que corran.
Medio campo y delantera
Las codiciadas tapas de metal de Petrolube y Castrol
El Rata y el Chino era otro de nuestros
objetivos, cuando queríamos obtener la
página central de la revista deportiva “Ovación” o “El Gráfico”, lo distraíamos
y al menor descuido...¡¡paf!! le arrancábamos dicha página siempre y cuando apareciera
alguna foto de un club de fútbol que
queríamos armar, para recortarles después las caras de los jugadores y pegarlos con
cinta Scotch sobre las tapas.
Jorge (Pachocha) Con Gino en pleno partido y sus infaltables heladas. Campeonato Master Tapas diciembre del 2013
O cuando a Jorgito lo correteó un
loco porque le quitó una tapa de aerosol grande que servía de arquero y ésta
le servía de taza del desayuno al loco, anécdota que RafoSalinas se acuerda muy bien..
Gino Y Miguel en pleno juego al fondo se ven a César,
el chato Plenge y Alberto Peredo
Cabe resaltar y eso salió a
relucir en la conversación en casa de Gino, la famosa bronca de tapas entre los
hermanos César y Lucho Peredo, cuando César el hermano menor le estaba dando una
paliza a Lucho por goleada y le hacía
recordar que faltaban cinco minutos para que acabara el partido, ante la amenaza y piconería de
Lucho que si volvía abrir la boca le sacaba la mierda, César no tuvo más que
callarse, pero como era de esperarse y como ambos jugaban de local pues el
partido se llevaba en su casa, a los
pocos minutos se escuchaba la voz de mi Tía Chela que los llamaba: -Luchoooooo…… Céeeeeesar!!! Pasen a
almorzar… muchachos de mierda todo el día metidos jugando esa cojudez!!...-.
César aún no ha explicado si inocente o
intencionalmente respondió a su Mamá: -…Un
toque Mamá faltan dos minutos y esto se
acaba……-. Para que hablaste muchacho
despertaste la furia de Lucho que se te abalanzó para sacarte la
mierda, las tapas salieron volando por los
aires ante la persecución de Lucho a César y la intervención oportuna de los
presentes para que no te atrapara evitó una tragedia mayúscula.
Pachocha Maehira, César Peredo de espaldas
y Miguel Treguear
Anécdotas hay muchas, como la
llenada de la cancha de pica-pica cuando Enrico jugaba de local o la música con
un cassette de la barra aliancista del equipo de Alianza Lima de Lucho Peredo
antes de cada juego, el codicioso arquero de metal de Julio Hermosa que todos
deseábamos y que fue a parar a manos de
Gino o las innumerables perdidas de
bolitas cuando esta se metía debajo del portón, cuando jugaba yo o Sergio Cueto
de local, en la quinta donde vivíamos,
afuera de la cochera de José Olazábal, o la de la vieja loca de Clorinda
que vivía afuera de la quinta y que salía a botarnos pateando nuestras tapas
porque no la dejábamos descansar con nuestros gritos. Siendo Sergio Cueto y no
Sergio Bermúdez el ganador de una cachetada de la vieja loca por culpa mía cuando
le increpé por su accionar y ella lo confundió a él conmigo. Finalmente la de
nuestro querido don Jorge Maehira, papá de Jorgito (Pachocha) y Riky que se
paraba en la puerta de su librería (Casa El Olivar De San Isidro) meneando la
cabeza sin decir nada al ver cómo nos apropiábamos de su entrada, entorpeciendo
la entrada a los clientes, organizando partidos en simultáneo, pues el área se prestaba para jugar varios
partidos a la vez.
analizando la jugada para la polémica
El ver a Martín Tanaka nos hizo
recordar las tonterías que hacíamos por
buscar las famosas tapas, recorrer
cuadras de cuadras en busca de pampones o terrenos baldíos; porque sabíamos que podíamos encontrar tapas
para nuestros equipos y cantar cada vez que veíamos un terreno: -…..Un
pampón cara de mongolón ta..tará ta tará, ta tará ta…-. solo a los un grupo de niños se les ocurre ponerle
canciones a cosas así.
Ingreso a la Universidad Católica de Martín Tanaka año 1983
Aunque el juego de fútbol de
tapas no fue creación nuestra, nosotros y de eso no tengo la menor duda lo hicimos más “profesional” por así
decirlo, Pachocha y César contaban en la reunión que se pasaban horas de horas
practicando sus jugadas, jugando solos, como todo jugador profesional de fútbol para depurar su técnica y conocer los
secretos no solo de las tapas, si no de la condición del terreno propio y
ajeno. Teníamos los 16 equipos de fútbol del torneo descentralizado peruano y
una que otra selección y equipo extranjero (argentino, brasilero o europeo),
pero nuestras mejores tapas estaban con
el equipo de nuestros amores. En mi caso, Lucho, Rafo, Martín, Sergio, Edgard, Arturo y Pacho era Alianza
Lima y para otros como César, Pachocha y Miguel era Universitario o Cristal
para Enrico, Gino, Doménico del Solar y Riky Maehira. de Gustavo Guerra y Sergio Bermúdez, no recuerdo cual era.
Jose Olazábal, Lucho Peredo y Jorge Maehira
en un break del partido conchelas, vinos y aceitunas
Ernesto "el Gringo" Bertoli es caso aparte, primero porque siempre cambiaba de equipo de fútbol, era hincha del que estaba en la punta, y en segundo lugar para palero a él nadie le ganaba. Nos metía unos cuentazos diciendo que en el sótano de la biblioteca de la municipalidad que esta ubicada aun en La Laguna del Olivar, escondía su colección de cientos y cientos de equipos de tapas de todo el mundo, más cojudos eramos nosotros que le creíamos todo.
Habría que preguntarle a la
collera de nuestros hermanos un poco
mayores que nosotros (Alberto del Solar Jr., Chino Salinas, Koki Segersbol,
Luis Enrique Gazzo, Polo Valega), ¿Quién fue el que tuvo esta brillante idea de
las tapas o de dónde viene?, es algo muy sui generis y no lo he visto en otro
grupo.
Al presente cuando ya peino canas
y a otros se le está descociendo el gorro por la edad, ha cruzado por mi mente
cuando estoy en un supermercado o esperando el cambio de aceite de mi carro al
ver las tapas de aerosoles o las tapas
de aceite de metal, lo bien que quedarían para un equipo de tapas.
No quiero terminar este artículo
sin mencionar la afición que se desarrolló también en las calles de Puerto de Palos y Juan Cavero unas cuadras más
allá de donde vivíamos, con nuestros
amigos los hermanos Edgard, Arturo y Pacho Laredo Honores que también le agarraron el gusto
al juego de las tapas y disfrutaron tanto como nosotros de esta pasión que nos quitó
muchas horas de nuestra infancia.
He agregado unos videos (que están lineas arriba) de cómo
se juega el partido de fútbol de tapas para que tengan una idea clara de lo que
les he estado hablando; el vídeo fue grabado el 23 de diciembre del 2013 es un
campeonato Master's relámpago en casa de los hermanos Peredo y sobre una mesa
acondicionada para el evento, (porque según parece la artrosis y los dolores de espalda ya están
haciendo mella entre estos viejitos y
les impide tirarse al piso), las fotos y el vídeo pertenecen
al grupo cerrado de Facebook “Barrio Conquistadores” y del cual muy amablemente
me las he capturado.
Este modesto artículo es una
continuación de otro que escribió mi gran amigo Jorge (Pachocha) Maehira y que
me tomé el atrevimiento de incluirlo líneas abajo titulándolo : EL JUEGO DE MI VIDA.
Cesar Peredodejando la flauta de lado y mostrandosu sapiencia en el fútbol tapas, Dale maestro. José Fernando Orrego Mir
Miami, 3 de febrero del 2015
Derechos Reservados
EL JUEGO DE MI VIDA
Por: Jorge Maehira Higa
Nunca me imaginé, que tan solo un
juguete o mejor dicho un juego, sea el dueño de gran parte de mis sueños
infantiles y juveniles, durante un buen tiempo de mi vida, digamos, desde los 7
años hasta los 14 años. Alguna vez se han puesto a meditar o simplemente
pensar: ¿Qué juego sería tan bueno y perfecto durante 7 años o quizás un
poquito más?.
Jorge Eduardo Maehira Higa (Pachocha) autor de la nota en la reunion de enero del 2015
Si nos remontamos por la década
de los 70, específicamente en el año 1974, recuerdo muy claramente mis primeras
experiencias futbolísticas, como espectador. Mi viejo, hincha acérrimo del
glorioso Deportivo Municipal, creo que la mayoría de su generación lo eran, y
en especial los nikkei.
Aunque no me llevo a ver al club
de sus amores, recuerdo claramente mi primera experiencia, como si fuese tan
solo ayer, entrando por la puerta Nro. 7, de Occidente baja, subiendo a toda
velocidad, y a medida que vas avanzando, se iba divisando poco a poco la
tribuna Oriente, y a su vez parte del campo, recuerdo muchísimo aquel glorioso
e inolvidable partido.
Fue el extraordinario partido
entre Universitario vs Peñarol, el marcador, como la mayoría de hinchas cremas
como Yo, no creo que se hayan olvidado 3x2. A favor de los merengues, por
consiguiente clasificación para la siguiente etapa.
En el año siguiente, es decir
1975, la selección peruana, se corona Campeón Sudamericano, ganándole a
Colombia en Caracas 1x0, con gol de Hugo Sotil. Con estas primeras experiencias
en el fútbol, ustedes ya se imaginarán la euforia que creó en mí, ésta bendita
pasión que es el fútbol.
La siguiente tarea era, como
plasmar toda esa pasión en un juego de barrio. Y tuve la suerte de vivir, justo
en la meca del fútbol de Tapitas. El juego era lo más virtual al fútbol, que se
podía imaginar de la época, imagínense que tenía la certeza, que nunca iba a
pasar de moda, a tal punto que iba a trascender por generaciones, lástima que
el Play Station, trituró en un solo segundo, tan bendito juego.
Detalle del juego
Las características principales
del juego era la siguientes: se jugaban, con tapas de varios tamaños y
dimensiones, dependiendo de la posición del jugador, es decir, si era arquero, tenía
que ser obligatoriamente grande (tapa de Baygón), y si era delantero o volante,
eran tapas chicas ( tapas de tempera, gasolineras o de Terokal).
Masters 2013 juego entre César Peredo y Miguel Treguear
El juego consistía en impulsar
con una chapa doblada, las tapas, y a medida que el balón (una perlita), le
chocaba a tu compañero, uno seguía jugando. La cancha era tan solo el piso de
tu casa o algunas veces en la misma vereda de tu casa, los arcos eran por lo
general, una caja de zapatos cortada en dos.
Lo emocionante y apasionante del
juego, era la rivalidad que producía el juego con tus demás amigos, a tal
punto, que hasta pleitos y mechaderas, se producían, tan virtual, como el fútbol
en sí.
El juego tiene una historia
riquísima, de grandes partidos y finales emocionantes, a tal punto de emocionarnos
hasta las lágrimas. Entre sus célebres jugadores de mi barrio de la Av.
Conquistadores, desde la cuadra 1 hasta la 10. Tenemos a Roberto Mosquera (DT
de futbol), César Peredo (flautista muy reconocido) y Guillermo Oshiro
(columnista de futbol del Comercio).
Otra vista del juego entre César y Miguel
Hubiera querido explayarme mucho más
sobre este maravilloso juego, pero, tuve el temor de aburrirlos un poco,
quizás, en una próxima oportunidad, les daré, mayor detalles de este simple y
extraordinario juego, que cubrió con creces mi infancia.
Gino en acción
Por eso, para concluir, el fútbol
no será tan importante, para muchos, pero no sabes cómo te hace Crecer. Así crecí
conviviendo siempre con nombres de futbolistas, disfrutando mi “juguete” con
mis amigos, primos, hermanos, hasta tíos.