Recientemente mi familia y quien escribe han pasado
momentos muy duros emocionalmente hablando, y esta situación a todos nos ha sumido en una tristeza nunca antes
sentida por la forma como se sucedieron los acontecimientos que sucintamente relataré. Ha permitido después de pasar por el asombro,
estupor, y sentimientos encontrados de tristeza, reproche y otras cosas, a un
análisis personal de replanteo y
reflexión de lo que es mi vida, mi relación con Dios, los seres queridos, sean
estos familiares o amigos y una forma nueva de enfrentar la vida de cara al
futuro.
En
menos de tres días perdí a un amigo muy querido de la infancia Sergio
Bermúdez, producto de una penosa
enfermedad y tres días después el día del cumpleaños de Sergio perdí a mi
sobrino Renzo Casella Orrego en un accidente de tránsito en la flor de su
juventud (25 años).
De
verdad que es duro pasar por lo que he vivido y no se lo deseo ni a mi peor
enemigo, pero conforme van pasando los
días y las aguas vuelven a su nivel, nuevamente puedo ver con mayor objetividad las cosas y poder
hacerme las preguntas y los cuestionamientos con una mejor claridad.
Sergio de niño
Mi
primer reproche fue hacia Dios en ambas situaciones y le increpaba el ¿por qué
se tiene que ir gente tan buena que no hace daño a nadie y nos deja en la
tierra a tanto desgraciado que no merece vivir, que ha hecho, hace y sigue
haciendo, tanto daño a sus semejantes?. El
segundo reproche fue el ¿Por qué
ambas personas se tuvieron que ir a una edad tan temprana?, teniendo tanto que
dar a los demás. El primero padeciendo una enfermedad que minó sus fuerzas con
mucho dolor y sufrimiento y el segundo de una manera tan súbita y espantosa
como es un accidente.
Pasado
los días y retomando este tema, después
de casi un mes de sucedido estos lamentables hechos y con más tranquilidad para
pensar y buscar respuestas, y meditando mucho; he llegado a la conclusión que las cosas no
suceden por casualidad sino por causalidad, todo tiene un por qué en la vida
por más doloroso que este pueda ser y de esos “por queés” debemos sacar
lecciones, que nos enseñen a ser mejores
personas con uno mismo y con nuestros semejantes.
Renzo de niño a la derecha con un primo a la izquierda y su hermano mayor Bruno al centro
Pocos
días después de ocurridos estos sucesos,
hablando con un amigo argentino en el trabajo, le contaba las cosas que me hubieran gustado hacer o
decirle a mi sobrino y a Sergio y no lo hice, de todo el afecto que le tenía o
el de haber pensado en visitar o llamar a Sergio (sin saber que estaba enfermo)
y no haberlo hecho; y me dijo una cosa
que se quedó grabada en mi mente: “Uno es dueño de lo que calla y esclavo de
lo que dice”[1] .
Y es verdad y esto que le sirva de leccióna cualquiera que este leyendoeste artículo, porque yo si pienso aplicarlo en mi vidaa futuro. Nunca dejarpara mañana lo que podemos hacer hoy, porque
no sabemos si ese mañana vendrá..
Entre
esas cosas que pienso hacer y ya estoy aplicando para empezar, es reforzar un
acuerdo al que había llegado con mi esposa el mismo día que nos casamos y que hoy
lo pongo en práctica: “de no irnos a la
cama disgustados o enojados por más duro y fuerte que sea el disgusto, porque
no sabremos si al día siguiente alguno de los dos despertará y nos lamentaremos
toda nuestra vida el no haber perdonado
cuando lo pudimos hacer”, por culpa
de un estúpido orgullo que no nos permite ver más allá de nuestras narices.
Pensemos
que el egoísmo es un veneno que nos mata desde adentro, que nos aleja de
nuestros seres queridos y que nos ata a lo material que es efímero, en
detrimento de lo que es verdaderamente
sustancial: el amor, la solidaridad y el afecto verdadero de y a los
seres que nos rodean. El ser mezquino y más hacia nuestros propios seres
queridos, es una bomba de tiempo que tarde o temprano explotará en nuestra cara,
cuando a la persona a la que le negamos
eso que nos pidió ya sea de tipo afectuoso o material no este entre nosotros
más.
Sergio en alguna parte de la sierra del Perú
Me
he trazado la siguiente meta: que si pienso en un familiar y amigo, lo debo de
llamar o visitar para saber de él o ella, saber cómo está, en que piensa; si
necesita ser escuchado o tener un hombro donde apoyarse, si se siente solo. La
vida es dura y no podemos pasar de lado ignorando si mi semejante está en
problemas o necesidad, cualquiera sea su naturaleza.
Tratar
de hablar con la verdad, no con medias verdades
que son lo mismo que mentiras, la misma palabra de Dios dice: “Conoceréis
La verdad y la verdad os hará libres”[2]. Cuánto
hubiera querido estaraunque sea diez
minutoscon Sergio, escucharlo, darle
palabras de aliento, reconfortarlo; y no lo hice cuando estuve el Lima, no
sabía de su enfermedad, pero pensé en él cuándo estuve en dicha ciudad y eso me
apena.
Ahora
soy más consciente, y antes de hablar pienso lo que voy a decir, para no herir
a los demás, porque no quiero que mis palabras afecten a mis semejantes. La
vida enseña a las buenas o a las malas y depende de nosotros que seamos mejores
seres humanos, en vez de lamentarnos toda nuestra vida por haber maltratado a
quien amamos.
Aun
no alcanzo a comprender ¿Por qué Dios se llevó a mi Sobrino y a Sergio? Y le
pido perdón a Dios por haberlo cuestionado, él tiene sus motivos y sus razones
son perfectas, pero de lo que si estoy
seguro es que ellos ya están disfrutando de su presencia.
Finalmente
quería concluir como creyente que soy, en lo siguiente: no nos encerremos en
nuestras propias culpas, egoísmos y depresiones por errores propios, lo hecho,
hecho está y solo nos queda enderezar el rumbo; y eso es muy difícil de hacerlo
solos desde nuestra esquina.
Renzo hace un par de años
Busquemos a Dios en todo momento y lugar, que
él será el mejor bálsamo para calmar nuestras penas, dolores y angustias, no esperemos
recurrir solo a él cuando nos sintamos afligidos, temerosos o en necesidad y
después, cuando pase la tormenta nos
olvidemos de su existencia como si nada, o a los que yo llamo creyentes
“sociales” que en el fondo no lo son y que solo se reúnen en un
templo por algún evento que los congrega como un bautizo, matrimonio, comunión
o funeral ignorando la presencia de Dios mismo.
La
búsqueda de Dios y su presencia, no está en ningún templo construido por
hombres, ni en la elocuencia de tal o
cuál predicador o sacerdote. Está en nuestro corazón y allí desde lo más
profundo de nuestro ser, pedirle que nos guie y tome control de nuestra vida
para iniciar ese cambio del que hablo.
En
el momento que estoy escribiendo esto, empieza la Semana Santa, y solo quiero que
estas palabras sirvan de reflexión y de un encuentro íntimo con Dios para los
creyentes. Y para los no creyentes o agnósticos para ser mejores seres humanos.
José
Fernando Orrego Mir
Miami
1 de abril del 2015
[1] Frase acuñada por el padre del Psicoanálisis Sigmund Freud (1856 – 1939)
[2] Juan 8:31-32 La Biblia “Dios
habla hoy” Versión Reyna Valera 1960
A continuación paso a reproducir un artículo que vale la pena leer, escrito por el Sr Armando Pattroni titulado "los recuerdos de Arica e Iquique" y el desagravio y mea culpa que todos los peruanos le debemos a los tarapaqueños que no quisieron someterse al yugo del invasor durante y después de La Guerra del Pacífico. Y el maltrato e incomprensión hacia ellos por parte del resto de los peruanos.
El presente artículo circula en varios sitios de la Internet y fue recogido del blog redVoltaire.org.net de Herbert Mujica Rojas.
Algunos alcances del libro "El dios cautivo" del
escritor iquiqueño Sergio González y un análisis histórico de la posguerra del
Pacífico.
por: Armando Pattroni
Hace ya 132 años que dejaron de ser políticamente peruanas.
Dos de las ciudades más importantes del sur peruano y todas las poblaciones
aledañas pertenecientes al departamento de Tarapacá fueron arrebatadas por la
fuerza de las armas por un inamistoso vecino ambicioso de riquezas naturales.
Pero pensemos bien: ¿sólo territorio? ¿y qué pasó con la gente que vivía allí?.
Luego de siglo y cuarto, un escritor chileno, natural de
Iquique, estudioso apasionado de su tierra y de su historia regional (ejemplo
no sólo para muchos chilenos sino también para otros historiadores
latinoamericanos) nos entrega una obra maravillosa y desafiante, un sacudón de
nostalgia que podría sacudir conciencias dormidas si elnuestro fuera un país con memoria, agradecido y justo. Lamentablemente
no lo es.
"El Dios cautivo – Las Ligas Patrióticas en la
chilenización compulsiva de Tarapacá (1910 – 1922)" se llama el trabajo de
Sergio González Miranda, reconocido catedrático de la Universidad Arturo Prat
de Iquique, viajero conocedor de nuestro país y sobre todo, quien ha rescatado
para la historia del suyo un periodo olvidado y sepultado por la historia
oficial: la post guerra del pacífico y su repercusión en las poblaciones
originarias de Tarapacá que quedaron viviendo en su tierra a pesar de que esta
pasó a ser parte del territorio chileno.
En realidad es algo que me pregunté siempre, desde que
terminé mi secundaria en aquel maravilloso colegio tacneño en 1979, año
importantísimo por ser el centenario de la guerra y el cincuentenario de la
devolución de Tacna, estuve intrigado por la suerte de la gente que vivía en el
departamento y se había negado a cambiar de nacionalidad. Unos años antes,
luego del terremoto de Lima del 3 de Octubre de 1974, mi madre, siguiendo los
consejos de mi supersticiosa abuela, nos llevó a ver a la "Señorita
Ismenia", para unas sesiones de "quita susto" que nos ayudarían
a sobrellevar el terrible momento. La tal Ismenia resultó siendo Iquiqueña,
tendría unos 80 años así que había nacido de seguro en el siglo XIX en tierras
tarapaqueñas, y obviamente fue víctima de las políticas encubiertas y oficiales
de "chilenización" de la zona, y terminó emigrando a Lima a comienzos
del siglo XX. Vivía en La Victoria (28 de julio), en un inmenso solar que le daba rentas, y en realidad hablaba con un acento algo
notorio. La rodeaba el misterio y los secretos a voces que cubrieron a las
familias iquiqueñas que llegaron a Lima, ya que cada una tenía una historia que
contar acerca de todo lo que dejaron en el sur.
Ya a finales de los 70's recalamos en Tacna, en una época
difícil en la que el Perú estuvo a punto de atacar a Chile al cumplirse el
centenario de la guerra. En el 75 la situación de las fuerzas armadas peruanas
era inmejorable, y la falencia económica del país del sur hacía aprovechable el
momento para recuperar nuestros territorios, contando con el liderazgo de un
popular general nacionalista como Velasco. Cosa extraña, cuando la guerra
estaba por iniciarse (Agosto del 75) un general de apellido tarapaqueño (su familia
es natural de Pica) con profundas raíces en ese departamento, dio un golpe de estado en Tacna (que coincidencia), luego de una reunión por
el aniversario de su reincorporación al Perú. Hoy hace 30 años del golpe de
estado que salvó a Chile de ser derrotado en "cinco minutos" como
temía Gustavo Leigh. ¿Tuvo algo que ver el origen tarapaqueño deMorales
Bermúdez en su afán de evitar el conflicto? Cuántas especulaciones se pueden
hacer, ¿cierto? temor a atacar su tierra natal, a su propia gente, frenando sus
naturales impulsos para recuperar su propio territorio, quién sabe.
Porque la realidad nos dice que aún después de 132 años,
Arica e Iquique tienen entre sus poblaciones un buen porcentaje de
descendientes de peruanos que poblaron esa zona desde hace 400 años. Existen
familias cruzadas, con primos a través de la frontera, la artificial frontera delineada por un ferrocarril y exigida
como último recurso de salvación por el presidente chileno Carlos Ibáñez del
Campo para salvar su frontera viva. La condición de ciudadanía chilena actual
de tales descendientes no los priva de su origen. Entre los que viven en
aquellas ciudades tenemos gente importantísima para el sureño país, como por
ejemplo Lautaro Núñez Atencio, premio nacional de historia de Chile en 2002,
nieto de Higinio Núñez, peruano del valle de Quisma, e hijo de Juan Núñez
Vernal, sobrino nieto de Alfonso Ugarte. En el otro extremo también tenemos a
Juan Pablo Dávila, de origen ariqueño, autor del millonario desfalco de 120
millones de dólares de la cuprífera estatal Codelco en 1994. Entre 1910 y 1922, movimientos ultranacionalistas chilenos
(llamadas "Ligas Patrióticas") organizados en las ciudades
tarapaqueñas hostilizaban a los peruanos residentes, ayudados por cierta
prensa, con el explícito fin de expulsarlos de la zona, al más puro estilo de
las limpiezas étnicas practicadas por los nazis y los eslavos. En muchos casos
lo lograron, con la venia de las autoridades chilenas de la zona que hacían la
vista gorda, encabezadas por su "intendente" (el equivalente chileno
del Prefecto) Recaredo Amengual. Los nuevos residentes de la zona, trabajadores
salitreros en su mayoría, buscaban obtener los mejores puestos de trabajo en
las oficinas salitreras inglesas durante el boom del nitrato, puestos que en su
mayoría estaban ocupados por peruanos, de lo mejor de nuestro país, y que
superaban a los chilenos en educación, capacidad de trabajo y honestidad,
finalmente lo lograron, expulsando por Iquique hacia el Callao a decenas de miles de peruanos.
Parece increíble,pero en mi opinión, lo mejor del Perú del siglo XIX se había concentrado Tarapacá. La gente que fue a hacer industria allá, que se mezcló con la gente
del lugar, que trabajaban cod codo
empresarios y trabajadores, que no se habían contaminado con
el Perú feudal y latifundista, herederos sí de la colonia, pero que ya habían
dado al mejor presidente del Perú (Ramón Castilla) y se preparaban para
entregarnos dos más (Remigio Morales Bermúdez y Guillermo Billinghurst),
estaban listos para ser una clase dirigente nacional, que podía haber llevado
al Perú a la modernidad mucho antes de lo pensado, que tenía contacto con todo
el mundo capitalista a través del comercio, que vivía en una ciudad
ultracosmopolita, y sobre todo, y lo más importante, con un amor a la patria y
un respeto por las tradiciones nacionales que traducido en un nacionalismo bien
llevado, llevó a los tacneños, ariqueños, iquiqueños y tarapaqueños
en general a luchar con uñas y dientes contra la imposición más salvaje que
pueda caer sobre un pueblo: la del cambio de nacionalidad.
Las grandes familias originarias de esa zona más los ricos
empresarios del salitre, los Vernal, Zavala, Loayza, Ossio, Marquezado,
Fuentes, etc., junto con los apellidos del pueblo, los Vildoso, Rejas, Mamani,
Quispe, Carpio, Luza, etc., los hijos de inmigrantes que tomaron al Perú como
su patria, los Neuhaus, Pescetto, MacLean, Lombardi, etc.; todos, todos en
general, lucharon contra el invasor mientras hubo esperanzas de regresar a la
patria, e inclusive cuando ya no la había, manteniendo sus tradiciones,
celebrando el 28 de Julio, brindando con pisco, hablando como peruanos,
evocando a su patria y sintiéndose extranjeros en su propia tierra, increíble.
Sin embargo, entre 1910 y 1922, cuando las Ligas Patrióticas expulsaron a un
gran número de ellos con la ropa que
Cártel propagandístico peruano en pro
de la recuperación de Tarapaca y Tacna
llevaban puesta, quitándoles casa, propiedades y demás
bienes, llegaron al Callao a sentir la hostilidad de su propia patria, a
soportar que los llamen "chilenos" y como prologa Lautaro Núñez en el
libro de González Miranda: "… 40 mil refugiados peruano-tarapaqueños
desembarcaron en el Callao al son de bandas musicales para luego ser
trasladados a locales abandonados sin más ayuda, apiñados entre el hambre y la pena en lo que después sería la Urbanización
Tarapacá". Emulando lo que siempre ha pasado en el Perú, los tarapaqueños
ricos fueron a Lima, continuaron con su vida y fundaron una Sociedad
Patriótica, que hasta ahora sobrevive, mientras la gente del pueblo fue a parar
a Carmen de la Legua, frente a lo que hoy es la avenida Colonial, fundando
también su propia sociedad tarapaqueña, actualmente mucho más representativa y
con más tarapaqueños en ella, a vivir entre el pueblo ignorante que los
hostilizaba y los culpaba de las desgracias que la guerra trajo a Lima
"para defenderlos a ellos". Pueblo limeño y chalaco ignorante porque
ignoraba que durante la guerra los batallones que con más fiereza se batieron
en las batallas fueron justamente aquellos que estaban conformados por
tarapaqueños, ariqueños y tacneños por la simple razón de que ellos ¡estaban
defendiendo su propia tierra!, los principales héroes de las batallas del sur
fueron originarios de la zona, que tenían a sus familias viviendo ahí, y que,
como en el caso específico de Ramón Zavala y Alfonso Ugarte, tenía un futuro
promisorio y lleno de comodidades ya que sus familias inmensamente ricas tenían
ya cuarenta años en el negocio salitrero, civiles que dejaron todo para empuñar
el fusil, cuando ya tenían planes de futuro para ellos y sus descendientes en
una inhóspita región del sur peruano que habían ayudado a conquistar. Todo
regado y destruido por la ambición del vecino, que al no encontrar riqueza en
tierra propia tuvo que quitar la ajena por la fuerza.
Esa gente fue la que llegó refugiada luego de las
expulsiones, esa gente cuya historia hace que nuestro patriotismo se eleve
hasta las nubes, haciéndonos la pregunta del amante no correspondido: ¿vale la
pena amar tanto para recibir palos? Tanto querer ser peruanos para que nos
traten así en Lima. La mayoría de ellos venía de Iquique, que
Antiguo mapa de 1865 donde se
aprecia al departamento de Moquegua
que contenía a tacna y Tarapaca
es un puerto, y como toda gente de puerto, eran de armas
tomar, aguerridos, "achorados" como se diría actualmente, indomables,
espíritus libres y muy autónomos, de ahí la bronca que causaron a los chilenos
en Iquique y seguramente lo mismo a los limeños y chalacos. Un extracto del
libro nos cuenta una anécdota de don Santiago Vernal en el Callao, alrededor de
1920: "…el señor Claudio Mamani celebró su cumpleaños e invitó a todos los amigos tarapaqueños, todos
los pampinos tocaban la guitarra, la fiesta terminó como a las 12 y media de la
noche. Veníamos caminando cuando en una tiendita había más o menos 10 zambos
que comenzaron a gritarnos "chilenos desgraciados". Estos pensaron
que los tarapaqueños que caminábamos éramos ciegos, empezamos a pegar puñetes y
en un ratito les sacamos la mugre a los zambos estos. Nos gritaban chilenos que
vienen a quitarnos el pan, ¡pensaban que nosotros éramos chilenos! ¡no quisimos
ser chilenos! ¡yo soy peruano y quise ir a mi patria!...". El leer estos
testimonios del libro de González me da esperanzas respecto al país. Si tuvimos
a esta gente tan valiosa, tan patriota y sobre todo tan real y tan viva,
entonces tenemos esperanzas, entonces vale la pena amar tanto al Perú, entonces
sí podemos mirar adelante y pensar que el Perú tiene futuro y que una derrota
militar impulsada por políticos limeños idiotas no tiene nada que ver con la
fuerza de un pueblo tan valioso que no perdió la autoestima a pesar de la
adversidad. Ellos demostraron que tenemos razón en amar al Perú.
¿Y qué debemos hacer ahora? ¿Qué lección aplicamos? Yo
pienso que debemos rescatar de la memoria los acontecimientos de esa época,
debemos honrar a nuestros héroes civiles tanto o más que a nuestros héroes
militares. Honrar a gente como Ezequiel Ossio, líder de la lucha tarapaqueña
por la reivindicación de su tierra en 1920, financista y vocero en foros
internacionales del sentimiento nacional tarapaqueño, que denunció a los 4
vientos los abusos cometidos contra los peruanos en Tarapacá. Él llevó a Washington
a una delegación de tarapaqueños para mostrarse ante el árbitro de la contienda
(Estados Unidos) y pedir la anulación del tratado de Ancón y la devolución de los territorios ocupados. Tantos eran los problemas en la
zona que había corrientes dentro del mismo Chile que, hartos de la monomanía
tarapaqueña, empezaron a proponer que los territorios peruanos fueran devueltos
a su dueño y Chile se olvidara del tema y siguiera sin problemas el camino al
progreso. Lógico, para ese tiempo el salitre ya no tenía ningún valor y Tarapacá era más una carga pesada
para Chile que una fuente de riqueza. Nada se pudo hacer y el desierto, ahora
sí desierto, siguió en manos chilenas hasta hoy.
Existen dos sociedades tarapaqueñas en Lima, una a media
cuadra de la Av. Brasil en Breña, muy elegante y bonita, a la que me invitaron
durante la sesión solemne de fiestas patrias de este año. Lamentablemente en
ella no sobreviven ni los descendientes de los tarapaqueños. Revisando la lista de socios, el único
tarapaqueño original que hay es don Alfredo Chamorro Luza, natural de Pica, con
95 años a cuestas, totalmente lúcido y como buen tarapaqueño, con una joven
esposa, natural de Iquitos, de 50 años que parecen menos, viejo feliz, que me
contaba todas las anécdotas de su tierra y la añoranza de la misma. Se asombró
cuando le mostré el libro de González, en donde aparece su nombre como uno de
los fundadores de la Urb. Tarapacá. El resto de socios es de diferentes partes
del país, sólo vi en la lista a un par de Vernal, un Aste y paremos de contar
de apellidos tarapaqueños. La otra sociedad está en el Callao, en la urb.
Tarapacá, esta sí más auténtica, llena de descendientes y con sentimientos
patrióticos impresionantes. Sergio González los conoce, los ha ido a visitar
varias veces, ha extraído sus testimonios, que plasma en el libro y en general
ha socializado con ellos desde su propia perspectiva, en la que deja en un
valor secundario la condición de pertenencia de su provincia a una u otra
"nación-estado", para enfatizar el hecho de, como dice él,
"todos somos simplemente tarapaqueños". En mi opinión estas
sociedades deberían ser consideradas y legalizadas como "clubes
departamentales" o unirse en una sola entidad para tener ese estatus. ¿Por qué no?
Tarapacá es un departamento que fue peruano y algunos tarapaqueños y muchísimos
de sus descendientes viven en Lima, deberían tener estatus de Club
Departamental, participar en la asociación de clubes departamentales, etc.
También debería estrecharse lazos con algunos tarapaqueños descendientes
importantes que no tienen actividad en los clubes. Puedo nombrar algunos de los
que tienen mayor participación en la vida política e intelectual, como Carlos
Neuhaus Rizo-Patrón, ex-alcalde de San Isidro, Juan Ossio, nieto de Ezequiel,
quien es un importantísimo antropólogo de la Universidad Católica, Fernando Zavala Lombardi (santo Dios! qué apellidos!) quien es el
actual joven ministro de Economía, Francisco Morales-Bermúdez, ex presidente
del Perú, etc.
¿Y Tarapacá? Bueno, la historia no tiene vuelta a atrás,
pero podemos hacer algo. Podemos integrarnos, Tarapacá se puede convertir en el
punto de partida de la integración de nuestros pueblos a partir de la misma
zona que nos convirtió en enemigos irreconciliables. Las raíces peruanas de esa
tierra y el hecho de haber levantado las fronteras administrativas entre
nuestros países hace que la vida ariqueña e iquiqueña pueda integrarse cada vez
más a Tacna y el resto del sur peruano. Arica está a mil kilómetros de Santiago
y a 53 km de Tacna, de la que nunca debió separarse, el comercio de Arica e
Iquique con Tacna, mal regulado por parte nuestra y fuente de un inmenso
contrabando durante 50 años, ha hecho que estas dos ciudades dependan del Perú para vivir, como siempre lo fue y lo será. Tenemos
un muelle en Arica administrado por Enapu. Hay en realidad tanto por hacer, se
me ocurren tantas ideas. El pisco por ejemplo: se otorga denominación de origen
"pisco" a los aguardientes producidos hasta los valles de Tacna, ¿por
qué no se otorga la misma denominación a los aguardientes producidos en los
valles de Tarapacá? ¿porque ya no son peruanos? ¿acaso fue culpa de ellos? En Tarapacá se ha producido pisco
desde siempre, cuando era peruana y cuando ya no lo era, inclusive algunas
leyendas dicen que el Pisco Sour fue inventado por un barman inglés en un hotel
de Iquique en 1872, y coincidentemente, al limón peruano utilizado para
preparar nuestro famoso cebiche y el pisco sour se llama "limón de
Pica" en Tarapacá. Otras ideas: podríamos integrar deportivamente nuestros
dos países permitiendo que Deportes Arica participe en el campeonato de fútbol
nacional. No es idea mía: ¡es idea de ellos! Los dirigentes del club hicieron
la propuesta hace unos meses cuando las cabezas del fútbol chileno se
confabularon para hacer que el equipo descienda a tercera división, amenazaron
con desafiliarse de la federación, y económicamente era más rentable jugar en
el Perú que recorrer enormes distancias en Chile. Nuestros miopes dirigentes
peloteros, sin absoluta visión geopolítica, reaccionaron
"desconcertados", en fin.
Para finalizar, quiero recomendar encarecidamente la lectura
y difusión del libro de Sergio González en nuestro país. Su pensamiento
integracionista y pacifista se pone de manifiesto en esta obra en la que rinde
el homenaje a nuestro pueblo tarapaqueño que nosotros mismos le negamos en su
momento, aunque ahora tampoco es demasiado tarde. También quiero saludar en esta fecha a esa heroica
tierra tacneña, la única de las tres provincias que logró su objetivo de regresar
al Perú luego de 49 años de ocupación, aunque con el dolor terrible de la
pérdida de las irredentas provincias que hoy conforman la Primera Región de
Chile.
…………………….
*Cortesía intelectual del brillante escritor liberteño
Blasco Bazán Vera.
Armando Pattroni..
Fotografía del encabezado son de los tarapaqueños que fueron obligados a dejar su tierra y vivir en Lima. la fotgrafia ha sido tomada del blog de Aldo Panfichi llamado Sociología y Ciencia Política.
Videos 1, 2 y 3 Cortesía canal ATV Andina de Televisión de Lima Perú, programa: Día D. Vídeo 4 cortesía de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
Hay una
vieja frase que dice que: “uno nace con
los hermanos, pero escoge a sus amigos” y no hay nada más cierto. Los lazos
que nos unen a nuestros hermanos, padres, primos o tíos se dan simplemente porque llevamos la misma
sangre y ese es el factor que en torno a
ella nos aglutina. Es una unión fuerte eso lo sé, porque nuestro primer círculo
de amistades se da al interior del hogar,
con los hermanos y padres en un primer momento y después con los primos y tíos; las circunstancias naturales de ese vínculo
sanguíneo, el primero de nuestras vidas, es el génesis donde allí comienzan a
formarse nuestras primeras experiencias.
Es por eso que cuando un familiar rompe esa regla y le falla a la familia
(principalmente cuando se da entre hermanos) la desazón es grande y uno se
lleva las más grandes de las desilusiones; porque piensas que uno de los nuestros, la
persona que lleva tu misma sangre nunca te va a fallar o clavar un puñal por la
espalda a toda la familia. Nosotros no sabemos lo que para el familiar que
rompe la regla es el valor de la lealtad a la familia, él simplemente cayó en ese grupo de sangre,
no pidió nacer, ni elegir, ni venir al
mundo en ese ambiente y es por eso que puede mirar al resto de sus
consanguíneos con desdén y desprecio, pues para él los valores le valdrán poco o
nada.
El
elegir a un amigo, amigo de verdad, es una tarea que se da espontáneamente, ya
sea por afinidad de cosas, aficiones,
pensamientos o edad y se hace indestructible y más sólida con el paso
del tiempo, uno puede dejar de ver a su amigo de toda la vida por veinte, cuarenta
o cincuenta años, pero el reencuentro será como si nos hubiéramos visto ayer
mismo. Es por eso que cuando se rompe una verdadera amistad, duele más que si
uno rompe con un hermano de sangre y eso es fácil de explicar aunque difícil de
comprender: al no unirnos ningún lazo de sangre con los amigos, sino la amistad
pura hace más dolorosa la ruptura.
Todo
lo contrario sucede cuando empezamos a elegir a nuestros amigos, no sé si les
ha pasado pero uno tiene amigos de diferentes lados, situaciones y locaciones.
En todo lugar y momento podemos hacer
grandes amistades, y aunque cada uno tiene igual valor hay un especial
sentimiento por cada uno de ellos. En otras palabras: el sentimiento que se puede
tener por los primeros amigos de la infancia (calle o Barrio) es diferente al
de los amigos del colegio, universidad, trabajo o lo que sea. No digo que uno
sea mejor que otro pero la sensación es distinta entre todas. Bueno esa es mi percepción.
He
querido hacer ese análisis previo de lo que representa para mí el valor de la
amistad, porque cuando uno pierde un
amigo físicamente y en especial uno tan
entrañable se hace difícil poder explicar con palabras lo que se siente, y eso es lo que me está
ocurriendo en este momento, la desaparición física de Sergio Bermúdez fue para
mí como para muchos que lo conocieron como un mazazo en la cabeza, un baldazo de agua fría de saber que una
persona tan jovial, extrovertida y hasta loco (en el buen término de la
palabra) ya no este entre nosotros.
Sergio
fue de ese primer grupo de amigos que
uno hace cuando rompe el cascarón del vínculo familiar, tanto mis hermanas
Virginia como Gaby y el que escribe, tuvimos la suerte de conocer a los hermanos Bermúdez
Rosell; eran seis en total, dos hermanas mayores, Sonia, Silvia, luego Alejandro, y después la recordada
Sandrita, Lorena y Sergio con los cuales formamos el grupo, a ellos tres, tanto
mis hermanas como yo les guardamos un gran cariño y recuerdo por la amistad
sincera y desinteresada que nos
brindaron y viceversa. Por lógica aunque
todos íbamos juntos, las mujeres paraban
más con las mujeres y Sergio y yo por ser hombres parábamos juntos.
Fue una bonita etapa de mi vida que llevo guardada en el corazón, por supuesto
que ese grupo no quedo allí, también estaban otros amigos a los cuales les he
perdido el rastro como el chileno Miguel Concha (Sergio lo molestaba con Miguel Concha ... ¡Conchudo!), Juán (no recuerdo su apellido), y amigos del barrio de Conquistadores también formaban parte de la collera, como
Ernesto Bertoli, Gino y Rafo Salinas, Miguel Treguear, César Y Lucho Peredo,
Enrico y Doménico del Solar, Jorge Y Ricardo Maehira, Gustavo Guerra, Sergio
Cueto, Edgard, Arturo y Pacho Laredo Honores y perdónenme si me olvido de algún
otro.
Anécdotas
con Sergio hay miles, pero como han dicho los amigos que lo recuerdan, su
temperamento y personalidad lo hacían único; era de esos tipos aventados, sin
tapujos, que tocaba el timbre y se metía sin preguntar de frente al dormitorio de uno,
previa escala en la refrigeradora para asaltarla. Pero eso en vez de hacerlo un
niño antipático lo hacía agradable y gracioso para mis padres.
Sergio de niño
vistiendo la camiseta de arquero
Recuerdo
que éramos caseritos en el desaparecido Teatrín del Olivar de San Isidro, nos
colábamos a cuanta función se representara
allí, saltando la cerca perimetral. Precisamente allí en el teatrín me referiré a una de sus
genialidades y palomilladas: había un
concurso nacional canino organizado por
el Kennel Club del Perú para elegir a los perros más finos en cada una de sus
razas y no sé cómo hizo Sergio para introducirse al evento con sus dos perros
chuscos, chuscos no… Chusquísimos llamados el Tiger de color negro y el otro
llamado el Mancha porque era tricolor, chuscos y todo Sergio
logró que le dieran un reconocimiento por su participación.
O
como olvidar cuando nos íbamos a la laguna del
parque El Olivar para corretear a
los patos y gansos que allí había, o robarnos los botes que se alquilaban y
hacer correr a los cuidadores de un lugar a otro de la laguna
tratando de atraparnos solo por
el simple hecho de fastidiar. Finalmente me veo obligado a agregar estas dos características de Sandra, Lorena y Sergio: La típica chupada del dedo gordo de la mano con brazo cruzado agarrándose el pabellón de la Oreja y viendo la televisión, (me hacen recordar a los tres monitos que no escuchan, no oyen y no ven); y la famosa frase característica de los Bermúdez Rosell: "La Mamá te llama". Yo sé que cada uno de nosotros tenemos varias
anécdotas que contar sobre Sergio, háganlas como homenaje a su memoria, Gino tú sabes una muy buena cuando se escapó de
su casa. Anímate a contarla porque es graciosísima.
Este
es mi más sincero homenaje a un gran amigo que nos dejó, a tres días de cumplir
cuarenta y siete año de edad. Si bien es verdad no nos veíamos por muchos años, estoy seguro que el reencuentro que no se dio
hubiera sido muy afectuoso y amical.
Sergio con la niña de sus ojos su hija Alejandra
Me
he tomado la libertad de transcribir un comentario que está después del mio, que a modo de homenaje le
hiciera nuestro amigo de la infancia en común César Peredo, acerca de Sergio y
sus diabluras y que invito a leer también..
Gracias
Sergio por haberme escogido como amigo, tu pata, gracias por tus locuras
loquito, gracias por esos años
infantiles que me permitiste compartir a tu lado, gracias por jugar a
los PIRATAZZZZZ como lo decías tú, eres de esos amigos entrañables de los
cuales es muy difícil romper el vínculo. Te recuerdo con mucho cariño y afecto,
y aunque en este momento tengo un nudo en la garganta, de la tristeza que me
embarga tu partida mientras escribo estas palabras, sé que tú desde arriba
donde te encuentras no quisieras verme ni vernos tristes. A su madre, hermanos
e hija solo puedo decirles que aunque perdimos en la tierra al amigo, hijo,
hermano o padre, ganamos un ángel que
desde arriba nos cuida.
Fotografías: tomadas del Facebook de Sergio Bermúdez
y del grupo de Facebook Barrio de Conquistadores
José
Fernando Orrego Mir
Miami,
5 de marzo del 2015
Adiós a mi amigo Sergio
Por: César Peredo
Hoy
cuatro de marzo del año 2015 falleció mi amigo Sergio Bermúdez, amigo de la
infancia, del barrio. Desde el día de ayer que recién me entere que estaba con
cáncer terminal al hígado y páncreas, no he dejado de pensar en él y recordar
algunas cosas que pasamos juntos. Sergio era un par de años menor que yo, vivía
en una casa en la calle Antero Aspíllaga que es una de las calles que bordea el
bosque El Olivar. La casa era antigua, tal vez de finales del siglo XIX, esas
casas que tienen algo de arquitectura centroeuropea, con techos a dos aguas. La
casa tenía un jardín muy grande donde había una cancha de frontón y algunos
olivos antiguos, calculo que esos árboles tendrían más de 400 años de
antigüedad como muchos de los árboles que aun habitan El Olivar.
En
aquel jardín recuerdo haber jugado
bastantes partidos de fútbol y frontón con todos los vacilones y piconerías
respectivas. Me acuerdo que en el primer piso de la casa la mamá de Sergio
tenía un taller de costura y era algo grande porque tenía a varias operarias
trabajando en ello. Recuerdo haber pasado buenos ratos con Sergio, muchas veces
me invitaba a quedarme a almorzar con él y la empleada de la casa nos subía el
almuerzo al dormitorio de Sergio. También recuerdo que en repetidas
oportunidades subíamos a huevear a la azotea de su casa en donde habían algunas
cosas tiradas por ya estar inservibles, lo bacán de esa azotea era que tenía una
especie de escondites, desde la calle el tercer piso parecía existir ya que la
fachada dejaba ver un supuesto tercer nivel, sin embargo este no existía, solo
era finta, solo era fachada, como las que se utilizan en los estudios fílmicos.
Este detalle era el que hacía de esa azotea algo diferente.
Sergio
también iba a mi casa a jugar tapas o simplemente a huevear, me acuerdo que él
no se media a la hora de hablar y disparaba las lisuras sin cuidar su lenguaje
delante de los adultos, es así que mi vieja decía que Sergio era un lisuriento,
que tenía boquita de caramelo, jajá. Después de unos años dejamos de vernos, yo
a los 15 años ingrese al conservatorio a estudiar música y mi círculo de amigos
cambio, Sergio ingresó al colegio militar y sus amistades también cambiaron.
Recién hace un par de años nos reencontramos virtualmente a través del Facebook
y conversamos un par de veces, incluso estábamos planeando organizar un
campeonato de tapas para reencontrarnos con la gente del barrio. Anteayer me entere a través de
Fernando Orrego que estaba con cáncer terminal y desde ese momento he estado
evocando las huevadas que hacíamos, siento una tristeza grande por la partida
prematura del loco Sergio. Cuando me enteré, se me subió la presión por lo
emotivo de la situación, tanto así que ayer tuve que ir a un centro de salud a
que me medicaran algo para bajarla. Más tarde pasare por el velorio de Sergio a
darle el último adiós.
Descansa
en paz querido y siempre recordado Sergio.
Hace unos días pude ingresar a una página de Facebook
llamada “Recordando a Domingo Piga” y me pude dar con la ingrata sorpresa que uno
de mis más queridos y respetados maestros de la Universidad (U. de Lima) nos
había dejado ya hacía más de cuatro años, me embargó una profunda tristeza
saber que nuestro querido Domingo Piga ya no estaba entre nosotros. Aunque
cuatro años después, nunca es tarde extender
mi más sentido pésame a sus familiares cuando se trata de recordar a un ser y
un amigo tan querido por mí y por muchos de los que fuimos sus pupilos.
Me he quedado sorprendido de la magnitud de su obra y de la fecunda labor hecha por él en favor del teatro, tanto en su querida y
nunca olvidada Chile así como en Perú, país que optó por vivir luego del golpe militar de 1973. Porque con
el perdón de nuestros amigos chilenos, Domingo
no solo fue ciudadano chileno sino que lo raptamos y lo hicimos ciudadano
peruano también.
Publicación de Domingo Piga
Hablar y escribir acerca de Domingo, creo yo, nos llevaría
miles de páginas y muchas horas de investigación y estudio sobre el personaje,
la obra y el legado dejado por él. Sin ser reiterativo sobre lo que otros que
lo conocieron más y mejor que este servidor escribieran sobre nuestro maestro,
solo señalaré escarbando un poco es su biografía,
que al ser uno de los pilares en la creación y desarrollo del teatro nacional de
Chile allá por 1941, y su importancia en
las tablas latinoamericanas; de por si
habla de la visión que tuvo Domingo y los jóvenes de aquél entonces por
engrandecer el teatro chileno y hacerlo de gran calidad. En otras palabras
desarrollar un teatro serio y del bueno, poniendo en escena obras
de los grandes dramaturgos como Brecht, Valle Inclán, Cervantes y obras
de reconocidos y noveles dramaturgos chilenos, refleja en él su gran amor y
pasión por las tablas y las letras.
Ese amor del cual escribo líneas arriba por las artes
escénicas, esta no solo reconocida por las obras de teatro que impulsó y apoyó,
sino por su pasión por volcar todo su conocimiento en las nuevas
generaciones, dictando cátedra de teatro, cine, dirección de actores, guion etc.
y en su interés en la investigación constante a través de publicaciones y
libros de su autoría.
Lo que ahora voy a contarles es mi experiencia como alumno de
Domingo Piga, en el curso de Comunicación teatral y de Dirección de actores que
el dictaba a finales de los ochentas, anécdotas y lo que representó para mí el haberlo tenido como maestro y como amigo
(porque eso sí, Domingo se ganaba el corazón de todos y todos lo sentíamos su
amigo).
La primera impresión que tuve al verlo la primera vez subir por las
escalinatas de la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de
Lima, fue la de un abuelito bonachón al cual
sería fácil hacerle el avión en el curso. (Nada más alejado de la
realidad) a Domingo no se le escapaba una y cuando tú estabas de ida él ya
estaba de regreso, por algo “más sabe el diablo por viejo que por diablo”.
Sus clases no eran exclusivamente centradas en el currículo
del curso, sino que lo hacía agradable y entretenido cuando las mezclaba con anécdotas
o sucesos de su vida personal, creo yo que allí estaba el éxito de sus clases,
de su metodología y del cariño y simpatía que se ganaba por todos nosotros sin ningún
esfuerzo. Recuerdo una de esas anécdota como si fuera hoy mismo y está centrada en su experiencia y participación
en la película italiana “Ladrón de Bicicletas” de Vittorio de Sica que a continuación
paso a relatar textualmente con sus palabras y cito:.- de Sica no sabía cómo hacer para que llorara el niño actor
(Enzo Staiola) en la película y a este no se le ocurrió mejor idea que esconder en la
chaqueta del niño sus cigarrillos para después descubrirlo y deliberadamente acusarlo de
robo, todo esto ya estaba conversado con
el camarógrafo, apenas llorara el niño y
a la señal de de Sica este empezaba a filmarlo para tenerlo registrado.- este tipo de anécdotas son
inolvidables y quedan grabadas en la memoria de uno para siempre,
Domingo en la escuela de San Antonio de los Baños en Cuba
año de 1987. Foto cortesía de Liliana Ipince.
Esa es una muestra
pequeña de todo ese bagaje de experiencias y anécdotas de las miles que tendría
Domingo para compartir. En lo personal yo estaba interesado en sus vivencias referentes
a la movida del neorrealismo italiano del cual era conocedor y observador
directo, o en su participación en la película Túpac Amaru de Federico García Hurtado, en el rol
del Marqués de Montemira.
No lo sé, pero siempre relacioné a Domingo con Alfredo, el
personaje entrañable de la película Cinema Paradiso interpretado por el actor francés Philippe
Noiret; estoy seguro que no soy el primero en hacer esa analogía, será porque
Alfredo siempre fue un padre, consejero, maestro y amigo para Totó, y Domingo
fue eso para nosotros, fue nuestro Alfredo y él nos trató como sus Totós.
Finalmente recordaré un suceso que tuvo que ver conmigo y
estoy seguro con un buen número de alumnos
de la facultad, es el referente al tan aborrecido cigarrillo para
Domingo. Aún no lo conocía, ni era mi maestro. Me encontraba en la famosa rampa
que da a la entrada de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, era una mañana
fría de junio de no sé qué año y me encontraba disfrutando de un cigarrillo
para calentarme de ese invernal frío limeño; estaba de espaldas a la entrada
viendo el jardín aledaño, haciendo tiempo y esperando la siguiente clase;
cuando comienzo a ver a varios de mis compañeros que me miran tratando de
decirme algo con señas, indicándome un punto
detrás mío alertándome sobre algo o alguien, en eso siento que me tocan
el hombro y escucho una voz que dice mientras me volteo: .- Jovencito no tengo el gusto de conocerlo pero te suplicaría que te
saques esa porquería de la boca, no sabes el daño que te estás haciendo.- Mientras
me hablaba yo me preguntba:.- ¿que m… le
importa a ese viejito que este fumando.- estaba a punto de responderle muy
educadamente cuando prosiguió:.-Disculpa
hijo que me meta en tu vida, tengo mucho más años que tú y hasta puedo ser tu abuelo; pero yo he sido fumador y por esa
cosa que tienes entre tus dedos yo perdí
un pulmón y no quisiera a nadie desearle lo mismo.- en ese momentome sentí como una zapatilla por lo que había
pensado unos instantes antes. Le agradecí por sus consejos arrojando el
cigarrillo al piso. Aunque tengo que reconocer que una vez que se retiró
Domingo y lo tenía lejos de mi vista recogí de nuevo el pucho para seguir fumándolo.
Domigo descansando en su casa
Foto cortesía: Cecilia Ferrer Mariátegui
Me hubiera gustado conocerlo más, compartir sus tertulias y
charlas de sobremesa con una buen café o unos vinos chilenos con sus quesos
como acompañamiento, como ahora sé que solía hacer con sus amigos, hablar de cine tema que me apasiona. Pero de lo
que compartí con él y aprendí supe que era un caballero a carta cabal, respetando
las ideas políticas de los demás y no
tratando de imponer las suyas; nunca mencionó, ni insinuó en clases sus tendencias políticas, ni trató
de forzarnos a pensar como él, pero si daba pie a la discusión y cambio de ideas
alturadamente.
Una espina tengo clavada en mi pensamiento y que nunca me
podré quitar, es la que después que dejé las aulas universitarias, perdí contacto con Domingo, quise ir a buscarlo,
saber de él, visitarlo, saludar al maestro, amigo y consejero y no lo hice; obligaciones
personales, laborales y después mi viaje al extranjero donde radico me alejó de
esa posibilidad.
Mientras escribo estas palabras escucho la canción “To Sir With Love” de la cantante
inglesa Lulú, tema principal de la película de 1967 con el mismo nombre;
protagonizada por Sidney Poitier y sé que cada estrofa de esta canción es idónea
para Domingo.
Este es mi más sincero y humilde homenaje para Domingo, allá
donde quiera que se encuentra.
¡Gracias Domingo por ser de una forma parte de nuestras
vidas y de la mía!
José Fernando Orrego Mir “Cuchi”
Miami, febrero 25 del 2015
Fotografias tomadas de la página de Facebook "Recordando a Domigo Piga" y Liliana Ipince
Foto del encabezado: Fátima López.
Video: propiedad de Mónica Livoni Larco y Gianfranco Mulas.
El fútbol con tapas y el vacilón de unos muchachos que ya fueron.
En mi último viaje a Lima
(diciembre de 2014 - enero 2015), tuve la oportunidad de reunirme con mis
amigos de toda la vida, los de mi barrio y de la infancia, los de la collera de
la avenida Los Conquistadores en San Isidro en Lima, Perú; aunque no estuvieron
todos los que debían estar por diferentes compromisos, nos pudimos reunir un
grupo reducido en la casa de Gino Salinas y el tema central de nuestra conversación giró en torno al juego de: fútbol
con tapas, actividad que nos absorbía horas de horas en torno a una bola que no era la numero 5 de
cuero, sino más bien una perlita de pocos milímetros de diámetro que era
movida a través de tapas de envases diversos en un espacio reducido a escala de
lo que podría ser un campo de fútbol profesional.
Con Gino (izquierda), Jorge (sentado) y yo (derecha) comenzando la reunión de enero del 2015
Estaban en dicha reunión: Jorge Maehira, César Peredo, Martín Tanaka y
este pechito Gitano que escribe; compartiendo unas aguas con su respectiva
parrilla. El tema central de la
conversación giró en torno a nuestro juego preferido de la infancia: no…no era
las escondidas, ni treparnos a los árboles, ni jugar mundo, canga, carritos
(aunque este juego da para otra historia), trompo o cualquier juego infantil ya
conocido. Era el popular Fútbol con Tapas.
El autor de la nota (osea Yo) a la izquierda, en el centro Lucho Peredo y a la derecha Rafo Salinas al rededor del año 1984 en casa de Rafo y Gino Salinas.
Miguel Treguear haciendo uso de su destreza con las tapas y con los vasos, como te castigas desgraciado. Campeonato de fútbol tapas masters diciembre del 2013
Hablar de un partido de tapas y jugarlo con el rival de turno era una
experiencia casi sexual, aunque para esa
época y edad aún no pensábamos en esas
cosas, transmitir esa pasión que uno llevaba en nuestras venas de mocoso
pre-púber y pre-pajero es para mí, hoy en día,
difícil de explicarlo. Todas nuestras emociones, energías e ímpetu los
canalizábamos a través de esta actividad, que tal vez si el lector que está
leyendo esta nota por primera vez no perteneció al grupo de amigos del cual les hablo y no disfrutó de este juego sería difícil de
entenderlo.
Las reglas eran simples: llevar lo más fidedignamente posible las
reglas del fútbol tal como lo conocemos a un grupo de tapas de envases de
diferentes dimensiones a enfrentarse en dos grupos de once contra once, desarrollando una estrategia de juego para vencer al rival haciéndole goles con
la perlita como balón en el arco rival. El
arco confeccionado con cajas de cartón de cojines del desaparecido champú
Glemo (que también las usábamos para guardar las tapas hasta el siguiente
encuentro), cortada a la medida o en su defecto siendo más sofisticados (porque
teníamos que evolucionar), las agarraderas de los muebles de televisor antiguo que
Enrico del Solar introdujo y que este servidor también tenía en su casa.
En
cuanto a la cancha usábamos cualquier superficie plana de cemento, loseta o
parquet, sumamente pulida y lustrada (porque eso sí, nuestro dormitorio podía
caerse de sucio y desordenado pero los 2 x 1 metros aproximados que
usábamos de cancha de fútbol tenía que
estar inmaculado y libre de polvo. Una Cancha a la altura del Camp Nou, Vicente
Calderón o Santiago Bernabéu.
Arriba: Vídeo del fútbol con tapas
En la foto: de pie de izquierda a derecha: Gino Salinas, Jorge Maehira, no identificado. Sentados: no se quién es la chica, ni el de polo celeste el Chino Loo, César Peredo, Martín Tanaka y Miguel Treguear en casa de los Peredo. año desconocido
El anfitrión Gino Salinas
Ricardo Salinas, Martín Tanaka Gino Salinas y Jorge Maehira
Martín Tanaka y Gino Salinas
José Orrego y César Peredo
Detalle de un tiro libre con barrera.
Juego entre Gino y Miguel.
En este juego había, tiros
libres, con o sin barrera, penales, tarjetas amarillas si golpeabas la tapa del
jugador contrario sin haber tocado la bolita, o expulsados, si con el empuje de tu tapa golpeabas tan
fuertemente la tapa contraria que la volteabas completamente, posición
adelantada etc. etc. (ver los videos), en otras palabras todas las reglas estaban es nuestro querido juego, lo único
que no había en el juego era Referees,
jueces de líneas y dirigentes, pues la FIFA éramos nosotros y allí no había
mafia de por medio.
En un break de Campeonato Master de Tapas 2003
Conocíamos las reglas y las respetábamos y si no, se
llevaba a un acuerdo satisfactorio para ambas partes. Estaba la piconería en un
primer momento, los insultos en un segundo
término, las patadas que hacían volar
por el aire las tapas del contrario en tercer lugar y finalmente los puñetazos
y patadas al contendor. Porque eso sí, hasta en las broncas se parecían los
partidos de tapas a los partidos de fútbol de verdad.
Los que pagaban pato de todo esto
eran los supermercados, uno que otro loco de la calle, el Rata y el Chino,
hermanos canillitas que tenían un puesto de revistas en el cruce de Lizardo Alzamora y
Conquistadores. A los supermercados íbamos a chorearnos las tapas de los
aerosoles que nos servían de arqueros, back centro o marcadores de punta según sea el tamaño, la tapas de las codiciadas Petrolube, Castrol, Terokal o betún
Griffin eran el medio campo y la delantera, como dice Gino rememorando: - éramos bien cojudos, íbamos a las
tiendas Monterrey a robarnos esas huevadas cuando habían cosas de más valor,… ¿Qué
pensarían los trabajadores de Monterrey al ver los aerosoles sin sus tapas?-.
Pero el choreo de las tapas acabó cuando a Miguel “el Mono” Treguear se le ocurrió
chorearse las bolsas de los globos de carnavales. Allí acabó la ilusión.
Arquero Back Centro Marcador de Punta (tapa de Baygon grande) (tapa de insecticida larga) (Tapa de espuma de afeitar)
De latas como estas de lubricantes hoy casi desaparecidas sacábamos la delantera y medio campo
y con la chapita de gaseosa doblada de una forma especial que se acomodaba al dedo gordo de la mano hacíamos los chancadores que eran los que daban la velocidad a las tapas para que corran.
Medio campo y delantera
Las codiciadas tapas de metal de Petrolube y Castrol
El Rata y el Chino era otro de nuestros
objetivos, cuando queríamos obtener la
página central de la revista deportiva “Ovación” o “El Gráfico”, lo distraíamos
y al menor descuido...¡¡paf!! le arrancábamos dicha página siempre y cuando apareciera
alguna foto de un club de fútbol que
queríamos armar, para recortarles después las caras de los jugadores y pegarlos con
cinta Scotch sobre las tapas.
Jorge (Pachocha) Con Gino en pleno partido y sus infaltables heladas. Campeonato Master Tapas diciembre del 2013
O cuando a Jorgito lo correteó un
loco porque le quitó una tapa de aerosol grande que servía de arquero y ésta
le servía de taza del desayuno al loco, anécdota que RafoSalinas se acuerda muy bien..
Gino Y Miguel en pleno juego al fondo se ven a César,
el chato Plenge y Alberto Peredo
Cabe resaltar y eso salió a
relucir en la conversación en casa de Gino, la famosa bronca de tapas entre los
hermanos César y Lucho Peredo, cuando César el hermano menor le estaba dando una
paliza a Lucho por goleada y le hacía
recordar que faltaban cinco minutos para que acabara el partido, ante la amenaza y piconería de
Lucho que si volvía abrir la boca le sacaba la mierda, César no tuvo más que
callarse, pero como era de esperarse y como ambos jugaban de local pues el
partido se llevaba en su casa, a los
pocos minutos se escuchaba la voz de mi Tía Chela que los llamaba: -Luchoooooo…… Céeeeeesar!!! Pasen a
almorzar… muchachos de mierda todo el día metidos jugando esa cojudez!!...-.
César aún no ha explicado si inocente o
intencionalmente respondió a su Mamá: -…Un
toque Mamá faltan dos minutos y esto se
acaba……-. Para que hablaste muchacho
despertaste la furia de Lucho que se te abalanzó para sacarte la
mierda, las tapas salieron volando por los
aires ante la persecución de Lucho a César y la intervención oportuna de los
presentes para que no te atrapara evitó una tragedia mayúscula.
Pachocha Maehira, César Peredo de espaldas
y Miguel Treguear
Anécdotas hay muchas, como la
llenada de la cancha de pica-pica cuando Enrico jugaba de local o la música con
un cassette de la barra aliancista del equipo de Alianza Lima de Lucho Peredo
antes de cada juego, el codicioso arquero de metal de Julio Hermosa que todos
deseábamos y que fue a parar a manos de
Gino o las innumerables perdidas de
bolitas cuando esta se metía debajo del portón, cuando jugaba yo o Sergio Cueto
de local, en la quinta donde vivíamos,
afuera de la cochera de José Olazábal, o la de la vieja loca de Clorinda
que vivía afuera de la quinta y que salía a botarnos pateando nuestras tapas
porque no la dejábamos descansar con nuestros gritos. Siendo Sergio Cueto y no
Sergio Bermúdez el ganador de una cachetada de la vieja loca por culpa mía cuando
le increpé por su accionar y ella lo confundió a él conmigo. Finalmente la de
nuestro querido don Jorge Maehira, papá de Jorgito (Pachocha) y Riky que se
paraba en la puerta de su librería (Casa El Olivar De San Isidro) meneando la
cabeza sin decir nada al ver cómo nos apropiábamos de su entrada, entorpeciendo
la entrada a los clientes, organizando partidos en simultáneo, pues el área se prestaba para jugar varios
partidos a la vez.
analizando la jugada para la polémica
El ver a Martín Tanaka nos hizo
recordar las tonterías que hacíamos por
buscar las famosas tapas, recorrer
cuadras de cuadras en busca de pampones o terrenos baldíos; porque sabíamos que podíamos encontrar tapas
para nuestros equipos y cantar cada vez que veíamos un terreno: -…..Un
pampón cara de mongolón ta..tará ta tará, ta tará ta…-. solo a los un grupo de niños se les ocurre ponerle
canciones a cosas así.
Ingreso a la Universidad Católica de Martín Tanaka año 1983
Aunque el juego de fútbol de
tapas no fue creación nuestra, nosotros y de eso no tengo la menor duda lo hicimos más “profesional” por así
decirlo, Pachocha y César contaban en la reunión que se pasaban horas de horas
practicando sus jugadas, jugando solos, como todo jugador profesional de fútbol para depurar su técnica y conocer los
secretos no solo de las tapas, si no de la condición del terreno propio y
ajeno. Teníamos los 16 equipos de fútbol del torneo descentralizado peruano y
una que otra selección y equipo extranjero (argentino, brasilero o europeo),
pero nuestras mejores tapas estaban con
el equipo de nuestros amores. En mi caso, Lucho, Rafo, Martín, Sergio, Edgard, Arturo y Pacho era Alianza
Lima y para otros como César, Pachocha y Miguel era Universitario o Cristal
para Enrico, Gino, Doménico del Solar y Riky Maehira. de Gustavo Guerra y Sergio Bermúdez, no recuerdo cual era.
Jose Olazábal, Lucho Peredo y Jorge Maehira
en un break del partido conchelas, vinos y aceitunas
Ernesto "el Gringo" Bertoli es caso aparte, primero porque siempre cambiaba de equipo de fútbol, era hincha del que estaba en la punta, y en segundo lugar para palero a él nadie le ganaba. Nos metía unos cuentazos diciendo que en el sótano de la biblioteca de la municipalidad que esta ubicada aun en La Laguna del Olivar, escondía su colección de cientos y cientos de equipos de tapas de todo el mundo, más cojudos eramos nosotros que le creíamos todo.
Habría que preguntarle a la
collera de nuestros hermanos un poco
mayores que nosotros (Alberto del Solar Jr., Chino Salinas, Koki Segersbol,
Luis Enrique Gazzo, Polo Valega), ¿Quién fue el que tuvo esta brillante idea de
las tapas o de dónde viene?, es algo muy sui generis y no lo he visto en otro
grupo.
Al presente cuando ya peino canas
y a otros se le está descociendo el gorro por la edad, ha cruzado por mi mente
cuando estoy en un supermercado o esperando el cambio de aceite de mi carro al
ver las tapas de aerosoles o las tapas
de aceite de metal, lo bien que quedarían para un equipo de tapas.
No quiero terminar este artículo
sin mencionar la afición que se desarrolló también en las calles de Puerto de Palos y Juan Cavero unas cuadras más
allá de donde vivíamos, con nuestros
amigos los hermanos Edgard, Arturo y Pacho Laredo Honores que también le agarraron el gusto
al juego de las tapas y disfrutaron tanto como nosotros de esta pasión que nos quitó
muchas horas de nuestra infancia.
He agregado unos videos (que están lineas arriba) de cómo
se juega el partido de fútbol de tapas para que tengan una idea clara de lo que
les he estado hablando; el vídeo fue grabado el 23 de diciembre del 2013 es un
campeonato Master's relámpago en casa de los hermanos Peredo y sobre una mesa
acondicionada para el evento, (porque según parece la artrosis y los dolores de espalda ya están
haciendo mella entre estos viejitos y
les impide tirarse al piso), las fotos y el vídeo pertenecen
al grupo cerrado de Facebook “Barrio Conquistadores” y del cual muy amablemente
me las he capturado.
Este modesto artículo es una
continuación de otro que escribió mi gran amigo Jorge (Pachocha) Maehira y que
me tomé el atrevimiento de incluirlo líneas abajo titulándolo : EL JUEGO DE MI VIDA.
Cesar Peredodejando la flauta de lado y mostrandosu sapiencia en el fútbol tapas, Dale maestro. José Fernando Orrego Mir
Miami, 3 de febrero del 2015
Derechos Reservados
EL JUEGO DE MI VIDA
Por: Jorge Maehira Higa
Nunca me imaginé, que tan solo un
juguete o mejor dicho un juego, sea el dueño de gran parte de mis sueños
infantiles y juveniles, durante un buen tiempo de mi vida, digamos, desde los 7
años hasta los 14 años. Alguna vez se han puesto a meditar o simplemente
pensar: ¿Qué juego sería tan bueno y perfecto durante 7 años o quizás un
poquito más?.
Jorge Eduardo Maehira Higa (Pachocha) autor de la nota en la reunion de enero del 2015
Si nos remontamos por la década
de los 70, específicamente en el año 1974, recuerdo muy claramente mis primeras
experiencias futbolísticas, como espectador. Mi viejo, hincha acérrimo del
glorioso Deportivo Municipal, creo que la mayoría de su generación lo eran, y
en especial los nikkei.
Aunque no me llevo a ver al club
de sus amores, recuerdo claramente mi primera experiencia, como si fuese tan
solo ayer, entrando por la puerta Nro. 7, de Occidente baja, subiendo a toda
velocidad, y a medida que vas avanzando, se iba divisando poco a poco la
tribuna Oriente, y a su vez parte del campo, recuerdo muchísimo aquel glorioso
e inolvidable partido.
Fue el extraordinario partido
entre Universitario vs Peñarol, el marcador, como la mayoría de hinchas cremas
como Yo, no creo que se hayan olvidado 3x2. A favor de los merengues, por
consiguiente clasificación para la siguiente etapa.
En el año siguiente, es decir
1975, la selección peruana, se corona Campeón Sudamericano, ganándole a
Colombia en Caracas 1x0, con gol de Hugo Sotil. Con estas primeras experiencias
en el fútbol, ustedes ya se imaginarán la euforia que creó en mí, ésta bendita
pasión que es el fútbol.
La siguiente tarea era, como
plasmar toda esa pasión en un juego de barrio. Y tuve la suerte de vivir, justo
en la meca del fútbol de Tapitas. El juego era lo más virtual al fútbol, que se
podía imaginar de la época, imagínense que tenía la certeza, que nunca iba a
pasar de moda, a tal punto que iba a trascender por generaciones, lástima que
el Play Station, trituró en un solo segundo, tan bendito juego.
Detalle del juego
Las características principales
del juego era la siguientes: se jugaban, con tapas de varios tamaños y
dimensiones, dependiendo de la posición del jugador, es decir, si era arquero, tenía
que ser obligatoriamente grande (tapa de Baygón), y si era delantero o volante,
eran tapas chicas ( tapas de tempera, gasolineras o de Terokal).
Masters 2013 juego entre César Peredo y Miguel Treguear
El juego consistía en impulsar
con una chapa doblada, las tapas, y a medida que el balón (una perlita), le
chocaba a tu compañero, uno seguía jugando. La cancha era tan solo el piso de
tu casa o algunas veces en la misma vereda de tu casa, los arcos eran por lo
general, una caja de zapatos cortada en dos.
Lo emocionante y apasionante del
juego, era la rivalidad que producía el juego con tus demás amigos, a tal
punto, que hasta pleitos y mechaderas, se producían, tan virtual, como el fútbol
en sí.
El juego tiene una historia
riquísima, de grandes partidos y finales emocionantes, a tal punto de emocionarnos
hasta las lágrimas. Entre sus célebres jugadores de mi barrio de la Av.
Conquistadores, desde la cuadra 1 hasta la 10. Tenemos a Roberto Mosquera (DT
de futbol), César Peredo (flautista muy reconocido) y Guillermo Oshiro
(columnista de futbol del Comercio).
Otra vista del juego entre César y Miguel
Hubiera querido explayarme mucho más
sobre este maravilloso juego, pero, tuve el temor de aburrirlos un poco,
quizás, en una próxima oportunidad, les daré, mayor detalles de este simple y
extraordinario juego, que cubrió con creces mi infancia.
Gino en acción
Por eso, para concluir, el fútbol
no será tan importante, para muchos, pero no sabes cómo te hace Crecer. Así crecí
conviviendo siempre con nombres de futbolistas, disfrutando mi “juguete” con
mis amigos, primos, hermanos, hasta tíos.