lunes, 30 de marzo de 2020

Carta escrita a mis pinky friends desde este exilio forzado


                                       

¿Ay amigas que les puedo decir?, estoy profundamente indignada y enojada con la hdp de mi ama de llaves, me dejó con la excusa que tiene que cumplir la cuarentena impuesta por el gobierno con ésto del Coronavirus que francamente me tiene mortificada y harta. La muy descarada aprovechando su día libre me dijo que ya no regresaba hasta que levanten la medida precautoria, que atrevimiento ¿no?, ahora me encuentro completamente sola en mi residencia de 40 hectáreas sin saber que hacer, la muy estúpida me ha obligado a tener que malograme mi manicure francesa que me costó 50 libras esterlinas en mi último viaje a Londres, lavando los platos y ollas sucias a mano (ahora entiendo por que me pedía con insistencia una máquina lavaplatos, que fastidio tener que darle la razón), a todo ésto se está acabando mi stock de salmón canadiense y ni que decir del caviar ruso del Mar Caspio que tenía guardado para éstos casos de hambruna como el actual. (porque como comprenderán una mujer de mi posición no esta para comer latas de Tuna Fish o eso que llaman alimento de manufactura nacional, eso es comida para cholos). 

 En caso extremo tendré que hacer uso de mi reserva de trucha que tengo aquí en mi lago personal, que me decora la preciosa vista que tengo desde mi habitación matrimonial rodeada de mis Pinos Abetos importados de Alemania y de Finlandia, para sentirme como si estuviera en la región más teutona de Schlegwig-Holstein o quizás reminiscencias de algún bosque británico de las tierras altas en Escocia. 

 Necesito consejos de mis pinky friends (Tal vez pregunten a sus enfermeras personales) de como cambiarle los pañales usados a mi octogenario marido convaleciente por su galopante demencia senil, en este lockdown forzoso ya que tampoco están conmigo las desconsideradas enfermeras que lo cuidaban, dizque por tener que cuidar a sus propias familias, otras mal agradecidas que siempre fueron tratadas bien junto con la hdp de mi ama de llaves que me dejó, al igual que mi mayordomo personal José, un negrito simpático elegante color bakelita que combinaba muy bien su color con su uniforme blanco prístino y mi chofer un cholito menudito pero muy obediente llamado Simón. 

Recién descubrí que todos ellos son una sarta de malagradecidos, que ganaban sueldos casi de ministros que fueron tratados por mi y por mi octogenario marido como de la familia, ya casi al nivel de mi perrita Yorkshire Cuqui que tanto quiero; como desearía que mi octogenario marido estuviera en sus cabales para exígirle al actual presidente, si ese, el mestizo de Vizcarra el levantamiento de la cuarentena porque nos está perjudicando tremendamente a la gente chic como nosotras. 


                                                    Mi Cuqui bella, ¿no es una monada?

Sinceramente no se que hacer, ya no recibo mis revistas ¡Hola! y no se como filetear el salmón o la trucha que me queda, o preparar el Faisán o Venado cazado en mi cotos personales de caza. Estoy considerando seriamente alimentarme de mis reservas de queso Borgonoise o Camenbert de Normandía, el jamón de Bellota o Pata Negra español y ver como hago milagros con la comida agregándoles sus toquecitos de Chocolat Suisse como tentempié. 

Lo que si tengo que dar gracias a Dios que mi lote de Don Perignon son lo suficientes para capear este temporal y mi dotación de agua Perrier y Evian también, porque yo, una mujer de mi nivel no tomo esa cosa llamada San Luis y Cielo, y menos abro el grifo del agua ni para darle de beber a mi Cuqui. Eso es para indios. 

                                             Chicas I missing you very much pinkys

Las extraño tanto mis pinky, mis amigas del Villa : Machi KM, China Tudela, Patricia Pardo de Prado, Marisenka Beltroy de Haskings, espero que pronto nos reunamos a jugarnos unas partidas de Bridge o Canasta o irnos de shopping por Manhattan y París, porque la verdad ya Lima me apesta; llena de esa gente que viaja en mototaxi, combis y demás cosas feas, y con ese olor nauseabundo de fritangas y pancitas; creo sinceramente que ésta cosa llamada Coronavirus ha sido una oración escuchada de Dios para barrer y limpiar la Tierra de tanta gente horrorosa que tenemos en el país . 

 Con cariño su pinky friend, 

 Teresita Ponce de León Sanchez Boquete de Vera Tudela.

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